“Algo de historia del fútbol villenense”
por Juan Ugeda Lucas. Revista Nuestra
Atalaya del Club del Pensionista,
mayo de 1988
El mismo año de mi nacimiento 1917, es cuando llegaron a Villena los
primeros salesianos para establecer aquí su institución. Aparte de sus muchas
enseñanzas cristianas e intelectuales, fueron los pioneros en practicar en esta
localidad el fútbol balompié, juego importado por la "Rubia Albión".
Y muy pronto lo asimilarían aquellos estupendos educadores, inculcando a los
niños este deporte para fortalecer su constitución física. De su gran labor,
con terreno bien abonado y buena semilla, los frutos pronto germinaron.
Como en sueños..., borrosamente recuerdo a los primeros jugadores
locales que iniciaron una sana afición, muy al contrario de hoy en que el
deporte ha degenerado en un espectáculo materialista, influyendo ello para que
por algunos clubes y seguidores (no todos), con un partidismo fanático muy
próximo a la demencia, y como círculo vicioso de epidemia colectiva, se hayan
tenido que lamentar muchas víctimas (la gran mayoría inocentes) en algunos
estadios, los cuales se debieran de respetar como si de templos se tratara
porque su finalidad es deporte puro para hermanar a los pueblos.
Sobre el año 1923 ya empezaron a destacar algunos jugadores cuyos
nombres o apodos, para mejor recordarlos, fueron estos que se mencionan,
siempre, claro está, salvo algún error u olvido: Manolico Bonastre; Juanito
Soler "el de la fonda"; Pepito "Pajalarga"; Paco Hernández;
Agustín Michavila; Fernando Cortés; Requena; el "Chato Gran"... Estos
jugadores tuvieron el privilegio de inaugurar un campo tapiado (del cual
todavía existen unas ruinas) llamado “El Grec” que fue construido en terrenos
cedidos por Dª Josefa Amorós, a quien cariñosamente se le conocía como
"Pepeta".
La segunda época, que podríamos calificar como "edad de oro"
del fútbol local, comprende desde los años 1935 a 1955. En estos cuatro lustros
la afición era tal, que Villena, contando solamente en el año 1935 la mitad de
los habitantes que hoy, jóvenes de 16 a 20 años formaron muchos equipos de los
cuales salieron varios jugadores: que se incorporaron a clubes de categoría
nacional.
Entre ellos, Pedro Galipienzo que lo hizo en el Valencia C. de F.,
Evelio Sáez, en el R.C.D. Español de Barcelona; Rafael Díaz, Pomares en el
Gimnástico de Tarragona; "el Almanseño" en el Real Murcia.; Luis
Marcos, en el de Ferroviaria de Madrid; Oliver y Cerdán en el Hércules de
Alicante; "Luiche" en el Villarreal; Manolo Herrero, que actualmente
defiende los colores del Real Murcia, y que por coincidir con otro del mismo
nombre en este equipo se le conoce más por el apellido paterno: Herrero. Como
indico anteriormente, puede haber más que involuntariamente se hayan olvidado.
Los cimientos de la cantera local tuvieron su origen en estos equipos:
Sporting; Rácing; Español; Orejón; Rayo; Tercia; Terror; Ideal; Losilla;
Santiago; Avance; Tercio; Pedrera; Villenense... Creo que al mencionar los
nombres de estas "peñas" algunos las recordarán con grata nostalgia.
Muchas cuartillas se rellenarían solamente sintetizando lo que ha sido nuestro
fútbol local, pero solo destacaré los hechos más salientes que recuerdo Desde
que este deporte se inició, siete campos o estadios hemos tenido: "El
Grec", "El Rubial" y "La Celada" son ya desaparecidos,
pero viene a mi mente los numerosos triunfos que hemos saboreado en sus canchas.
Hoy tenemos el orgullo y satisfacción de contar con cuatro: El del Colegio
Salesiano, "La Solana", Ciudad Deportiva del Círculo Agrícola
Mercantil, y el Polideportivo Municipal. Un servicio para estimular a nuestra
juventud a que continúe cosechando trofeos siguiendo el camino de sus abuelos.
Estas reseñas insertadas corresponden hasta el cierre del campo de
"La Celada", exceptuando algún dato mencionado como de actualidad.
Por eso este humilde cronista agradecería que algún aficionado siguiera, desde
esa fecha, contando esta nuestra gran historia.
Una larga lista de entrenadores de gran valía han contribuido para que
el nombre de nuestra patria chica haya sonado en categorías nacionales y recuerdo
alguno de ellos: Olivares, Romero, Pepe Rey, Bouza, Evelio Sáez, Ruiz Sosa,
Parra, Solsona, Cerdán, Luiche y Patiño, entre otros.
Figura destacada por su gran labor altruista en pro del deporte local ha
sido don Antonio Amorós Cerdán, conocido por sus condiscípulos en el colegio salesiano
como "Antoñito Amorós". Los villenenses aficionados al fútbol no
podemos olvidar a este paisano nuestro que por ser socio de Honor del Real
Madrid e íntimo amigo del que fuera presidente de dicho Club don Santiago
Bernabéu, tuvimos la suerte de ver en la cancha de "El Rubial" y
posteriormente en la “Celada", al coloso equipo madrileño.
Otros equipos de solera futbolística también pasaron por los campos
villenenses, entre ellos, el Atlético Aviación (más tarde titulado como
actualmente Atlético de Madrid), Valencia, Español, Murcia, Hércules, Levante,
Alcoyano, Sabadell...
Por las plantillas de los equipos titulares de Villena han pasado
cientos de jugadores, aficionados y profesionales. Solamente voy a citar a
algunos locales que pasaron por los campos de "El Rubial" y “La
Celada", fichados por nuestro primer equipo, haciendo mención solamente a
los que yo recuerdo y a los que algunos aficionados me han aportado. Son… Galipienzo,
Palero, Evelio, Várez, Pomares, "Limones", Marcelo, Córdulo, Botella,
Sáez "el Carbonero", Velasco, Perico "el Tornero",
"Chatico Milán", "Rojico Ortín", "Carujo”, Arellano,
"Rasca", Cuéllar, Eladio, J. Gran, "el Tocón", Molina,
Guardiola, "Almanseño", Marcos, Oliver, Norte, Cano, Bonet, Casildo,
Pablo, "Carbonerico", Benito, Pepito "el Chulo",
"Taboro", “el Pana", Luisico "Santana", Fernando
Milán, Pardo, “Pardico”, Camarasa, Andrés Menor, Richart, Paquito Clement,
Postigo, Bernardico, Alfonsico, Machero, Navalón, Valera, Cerdán, "Luiche",
Andrés "el Ruso", Pastor, "Sajeño", Vicedo,
"Peperrús" "Taboro"...
Para la gran mayoría de estos jugadores, sus entrenamientos comenzaban a las siete de la mañana hasta la hora de "currelar" (léase trabajar), y por las tardes, después de la jornada, seguían ejercitándose con la luz de la luna.
Como dato curioso hago referencia a que por los años cincuenta, y
durante unas temporadas, actuaron en el Villena cinco canarios (pero no
flautas), ya que procedían de nuestras islas "Afortunadas", los
cuales nos deleitaban con el estilista y precioso juego que se desarrollaba en
aquellas maravillosas tierras. Fueron estos: Cano, Ruperto, Pepucho, Guerra y
Wilson.
Muchas anécdotas se podían reseñar de los que fueron los deportistas
iniciales del fútbol en Villena, para los cuales sus primeros
"estadios" eran las calles de la ciudad, las eras, y el solar
existente entre las vías del ferrocarril M.Z.A. y las de la V.A.Y., (quizás más
conocido por "el Chicharra"), y que popularmente se ha venido
llamando hasta hace poco tiempo "las dos vías". Recuerdo que por los
arios treinta, en la amplia "calle Ancha", jugábamos en plena calzada
con pelotas de trapo o alguna (si acaso) de goma; y si por casualidad circulaba
algún coche, el chofer, sonriente, nos claxonaba para darle paso. A los carros
y burritos que transitaban, y que no eran pocos, ya nos encargábamos nosotros
de hacerles un vistoso regate.
A diez pesetas, ascendían las subvenciones que se nos daban como mitad
de su importe por los desplazamientos a pueblos cercanos como Biar y Benejama.
Para poder "ahorrar" algo, los que tenían bicicleta efectuaban el
traslada con su vehículo; otros en el portaequipajes de ella, y algunos
andando. Recuerdo que en cierta ocasión se nos pagó por un amigo yeclano la
"friolera" (nada menos), que de veintidós pesetas, A la vista de esta
cantidad nos permitimos el "lujo" de alquilar el "Buick"
del popular Capelo quien nos empaquetó a los doce jugadores (contando el
"reserva"), como sardinas en cuba. Pero nosotros realizamos el viaje
como si de un "Mercedes" se tratara.
También sería interminable relatar aquí las "luchas"
deportivas entre "eternos rivales" comarcales, como eran "La
Unión Frutera" de Novelda; Eldense; Yeclano; Almansa... Revive en mi
mente, porque el protagonista fue un servidor, un caso insólito en la historia
del fútbol. Sabemos que en la fiesta de los toros siempre han habido
"espontáneos"; pero ¿y en un partido de balompié?... Pues también los
hubo: Yo fui un espontáneo... y además, realizando "una gran faena";
pero en vez de recoger aplausos como los "muletillas" que empiezan,
mis trofeos consistieron en lluvias de "piropos", de frasecitas...
El guión de este capítulo de mi vida fue de esta manera: El equipo del
Biar C.de F. contrató a nuestro "Deportivo Terror", y dada la
importancia de tal encuentro, y con el fin de no hacer el ridículo, decidimos
reforzarlo con algunos amigos del conjunto "El Ideal" para lo cual se
escogieron, de uno y otro equipos, los mejores. Los "menos buenos"
fuimos (yo entre ellos) desplazados. No puedo definir lo que sentí al verme en
esta situación...
Da comienzo el partido. Mis nervios de punta...; me encontraba detrás de
la portería del Biar, vestido de paisano y animando a los miles... En un saque
de esquina lanzado magistralmente por Luisico "Santana", ya no pude
contenerme; salí, y al estilo de Zarra, metí un "golazo"... Y a
continuación, para esquivar las "flores" que me echaban tuve que
agilizar mis largas piernas y utilizar a "toda marcha" el coche de
San Fernando. Para mí que había ganado la carrera olímpica, pero sin subir al
"Pódium"...
Es obligado dedicar un Réquiem y un afectuoso recuerdo para los que
pasaron a mejor vida. Como símbolo de las generaciones nombradas al principio
destaco al primer Presidente que existió cuando se jugaba en "El
Rubial" y que fue D. Diego Pardo Navarro al cual, por el cariño a los
colores de su club, la familia deportiva lo premió con una placa honorífica que
se colocó a la entrada de los vestuarios de este campo mencionado y
posteriormente en el de "La Celada". Entre los muchos que ostentaron
la presidencia del club titular en las distintas épocas, y que se entregaron
totalmente por el engrandecimiento y consecución de éxitos futbolísticos, cabe
destacar a uno de los últimos habidos antes de formarse la actual Junta
Rectora. Era un hombre dinámico, emprendedor, entusiasta y a la vez amigo de
todos, y se llamaba Francisco Moya Soler.
Y para terminar, quiero dedicar un cariñoso homenaje a Directivos,
Entrenadores, Doctores, Sanitarios, Masajistas, jugadores locales y forasteros,
personal de la Cruz Roja, empleados, así como también a todos los aficionados,
porque al trabajar en equipo se ha conseguido que el pabellón deportivo de
nuestra ciudad haya brillado para honra de Villena.
En la mayoría de las historias narradas existen olvidos, errores. En esta
ingenua y atrevida es posible que encontréis algunos, pero este aprendiz de
cronista os pide perdón por ellos.
Publicado en la revista Nuestra Atalaya, nº 43. Club del Pensionista de Villena, mayo de 1988
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