Crónica de la traída
de la Virgen a Villena en mayo de 1922. Boletín nº 10, de fecha 1 de junio de
1922
Amaneció el sábado 6 de
mayo de 1922 y un repique general de campanas avisó a todo el vecindario que la
Imagen de nuestra Patrona iba a ser traída, en procesión de rogativas para
obtener del cielo, mediante su intervención, el beneficio de la lluvia.
A las seis y media de la
tarde anunciaron las campanas que la Virgen estaba en San Bartolomé. Los
alrededores de la Bodega Nueva y del Molino se llenaron de gentes llegadas de
todos los rincones de Villena, para esperar allí a “La Morenica” y subir acompañándola hasta la ermita de
San Sebastián, para luego continuar
hasta la iglesia arciprestal de Santiago.
Al día siguiente,
domingo, comenzó el triduo de Rogativas, con asistencia del Ayuntamiento, Clero
de Villena y Junta de la Virgen, ocupando la sagrada cátedra el Sr. Doctoral de
Orihuela y por la tarde el Sr. Arcipreste, el cual siguió predicando en los
días sucesivos, ayudado por el Cura de Santa María D. Antonio Amorós y el
Capellán del Asilo.
Hasta las once de la
noche, permanecieron en esos días, las puertas abiertas de Santiago, pues era
impresionante la cantidad de fieles que, desde temprana hora de la mañana
acudía a visitar a la Sagrada Imagen.
Historia del Santuario, por Salvador Avellán. Boletín
nº 14, de fecha 1 de octubre de 1922
Transcribimos a
continuación los aspectos más destacados de dicho artículo:
“En
el altar antiguo de su iglesia se lee lo siguiente:
“El
año 1474 huyendo de una gran peste se retiraron los ciudadanos de Villena a la
fuente del Chopo y determinaron hacer una hermita al santo que le cupiera en
suerte y tres veces le cupo la suerte a la Virgen Ntra. Sra. de las Virtudes y
en el mismo sitio le edificaron la casa y cesó la peste y estando edificando,
vinieron dos mancebos en hábito de peregrinos, entregaron la caja y
desaparecieron. Edificaron y dio una calera para todo el edificio”.
Esto es lo que está escrito en dicho altar.
Esta iglesia primitiva
ocupaba el lugar que hoy tiene la capilla de los milagros, en la cual había
unas pinturas murales que resistieron durante el tiempo que dicho local fue
pajar y después al hermosearlo, no sé por qué han desaparecido.
Aneja a la ermita se
edificó casa para el ermitaño y del tiempo en que llegó a serlo Juan de
Hortunda, hay una relación de por los años 1510 a 1520 en la que se dice:
“Que
por su trabajo es notorio el provecho que a la dicha casa se han seguido e
reparos de ella ansí en edificios que se han aumentado como en el acrecentamiento
de joyas e ornamentos e libros para el culto divino e bienes e ropas que la
casa tiene de lo cual tenía gran necesidad cuando me fue encomendada hace diez
años”.
Debieron quedar muy
adelantadas las obras del Santuario y en un estado tal, merced a la diligencia
y trabajo de este benemérito ermitaño, que pudiesen albergar una comunidad
religiosa, según se desprende de su consulta al canónigo D. Pedro de Medina,
sobrino de D. Sancho, el cual fue de parecer que se reuniese en dicho edificio
una comunidad.
Segunda iglesia
Durante el tiempo que
moró este ermitaño debió empezar una parte de la actual iglesia, porque así lo
reclama el orden ojival de la misma, como también durante la primera morada de
religiosos agustinos que tomaron posesión del Santuario el 21 de Diciembre de
1526 y se fueron en 1542, leyéndose en el florón de la bóveda que ostenta un
calvario, la fecha 1540.
Durante el siglo XVII,
época de penuria y pobreza en nuestra Ciudad, prosiguieron las obras de la
iglesia, pero en 1695 el prior Fray Luis de la Concepción dice que amenazaba
peligro la capilla de Ntra. Señora, acudiendo al Concejo que destinó cien
ducados anuales para hacer las obras convenientes, corriendo a cargo de la
comunidad los gastos de las romerías de
Marzo y Septiembre.
En 1696 se muda la
capilla mayor y se proyecta el camarín.
En 1699 siguen las obras
de la iglesia y, no bastando los recursos, destinó el Concejo el importe de las
aguas que van a Elda.
En 1700 pide el
Ayuntamiento al Definitorio de la Orden de San Agustín que siga como prior del
Convento, el P. Fray Juan Luque que ha adelantado mucho las obras.
En 1708 el Rvdo. P. Alejandro
de Salinas pide se lleve al santuario la imagen de Ntra. Sra., que ya estaba en
Villena año y medio por causa de la guerra, para poder concluir el camarín.
Claustro actual
Por notas que he visto,
se desprende que las obras antiguas se fueron renovando y envejeciendo hasta
que en 1710 el Concejo hace nueva habitación para él.
En 21 de enero de 1723,
se ordena principiar los claustros del Santuario por junto a la iglesia, por
estar ruinoso el que había, con varias limosnas y entre ellas la de 6.000
reales que dio D. Francisco Ángel de Olivares, natural de Yecla, capitán de las
galeras de España, el cual había dado también el aguamanil de la sacristía.
Durante las obras de 1758
como se ve en las puertas de entrada: por cierto que parece se vea intención de borrar esta fecha.
En julio de 1874 dirigió
las obras de los tres machones de la parte poniente del Santuario D. José
Prado, padre de mi amigo D. José María.
Posteriormente y durante
el tiempo en que fue capellán del santuario el Pbro. D. Casto Antonio Arroyo se
restauró la iglesia, decorándola interiormente y colocándose el actual
pavimento de mármol.
También en dicho tiempo
se hicieron de mármol los frontales de
todos los altares, las escaleras del camarín y la de subida al piso superior,
se levantaron el arco y el obelisco de la “Fuente del Chopo” y se puso la reja
que la rodea por la parte del cabezo”.
Continúa D. Salvador
Avellán diciendo:
“Estos
renglones, queridos lectores, son fruto de un pequeño cuidado del que suscribe,
que quisiera que nada se perdiese de la historia de nuestro santuario, que cada
día es menos conocido.
Y
termino con una proposición que brindo al M.I. Ayuntamiento y a la Junta de la
Virgen.
En
la sala capitular de la parroquia de Santiago se guardan arrollados los lienzos
del antiguo trono con pinturas representativas de varias escenas referentes a
la historia de la Virgen ¿Por qué no se llevan al Santuario y se colocan en la
iglesia en los claustros? Estarían así mejor conservadas esas pinturas y
constituirían una lección continua de lo que ningún villenense debe olvidar”.
Las antiguas Fiestas,
por Salvador Avellán. Boletín nº 15, de fecha 1 de noviembre de 1922
Se transcriben a
continuación, un resumen del citado artículo, escrito como se indica en el
título, por el Rvdo. D. Salvador Avellán:
“Las
fiestas primitivas comenzaron a raíz de la Virgen. Ya entonces nuestro pueblo se
obliga a efectuar las dos Romerías anuales de los días 25 de Marzo y 8 de
Septiembre, para lo cual vota el Concejo la cantidad de setecientos reales
anuales -téngase presente el valor de la moneda en aquellos tiempos en que se
contaba por maravedíes-. En esta cantidad entraba el sueldo de los músicos
-cuando los había-, la asignación para la comida del clero, -al de Sta. María
se le asignaba catorce reales-, el socorro a los pobres y demás gastos.
Era
muy grande la concurrencia de todos los pueblos del Marquesado y del Reino de
Valencia, a los que avisaba cuando había de haber música, porque entonces era
mucho mayor la frecuencia de gente, habiendo carreras de caballos y otras
diversiones como se desprende de una Real Orden, concediendo autorización para poder
sufragar con los bienes de propios los gastos acostumbrados.
Pero
nuestro pueblo no se contentó con estas Romerías, y a fines del siglo XVII
instituye la Cofradía de la Esclavitud, cuya fundación quizás no fue más que un
eco del deseo del famoso ermitaño Juan de Hortunda, manifestado en el memorial
que elevó al Concejo en el siglo anterior.
En
aquella época, los esclavos de la Virgen llevaban al cuello una cadenita de la
cual pendía una medalla de Ntra. Sra. que se les imponía después de leer ante
la Virgen la fórmula de la esclavitud de María Santísima.
En
el año 1693 se acuerda por el municipio dedicar grandes festejos a la Patrona.
En
el legajo del archivo de Beneficiados de la parroquia de Santiago hay un
documento que dice así:
“En
29 de septiembre de 1695 se trajo a la Santísima Virgen, por no otra causa que
por festejarla en agradecimiento a la buena cosecha y buenas noticias, según
acuerdo del 12 de junio”.
En otra nota del mismo archivo, posterior a la
citada se lee:
“En
este día se trajo a la Santísima Virgen con gran solemnidad y cordial gozo:
hubo muchos festejos de luminarias, blandones, fuegos artificiales y aderezos
en la Iglesia de Santiago, imposible de describir”.
El 10 de julio de 1728 se acuerda por el
Ayuntamiento que se traiga la Patrona para hacer una novena en Septiembre y
paseo el 19 de dicho mes.
En el novenario de la Concepción de María del año
1743 hubo también un solemne festejo a cuyos gastos coadyuvó la cofradía de
Sta. Lucía con sesenta reales de
limosna.
En 1752, dice Zapater y Ugeda:
“Que
con el fin de impetrar la salud, profundamente amenazada por la peste y para
rogar y pedir al cielo la sucesión del pacífico monarca Fernando VI, fue
trasladada la Imagen a Villena el 16 de Septiembre, celebrándose un solemne y famoso
novenario en el que predicaron los más distinguidos oradores sagrados de
aquellos tiempos”.
Con
motivo de estos grandiosos cultos, se estrenaron unas andas de extraordinario
mérito artístico y se hizo el trono antiguo que los viejos hemos conocido y
cuyas pinturas claman por salir del encierro en que lloran el olvido de las
generaciones presentes…”.
1 comentario:
Chimo ,extraordinario relato que rescatas del olvido.MUCHAS GRACIAS POR PUBLICARLO.
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