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DESDE LA TORRE DE SANTA MARÍA, 15 de marzo de 2003

Interesante reportaje fotográfico realizado en la mañana nubosa del sábado 15 de marzo del año 2003 en la Torre de Santa María.

Son muchos los detalles que podemos observar y vamos a citar algunos:

las dos campanas de la Torre del Orejón; el interior de la cúpula de la torre de Santa María; la maquinaria del reloj; las campanas antes de la limpieza y reparación que se les hizo y unas vistas curiosas del castillo de la Atalaya y del Rabal.


Las fotografías fueron realizadas por VELIUS.















CONCIERTO CON LAS CAMPANAS DE SANTA MARÍA - Mercado Medieval del 2003


ESCUCHAR LOS TOQUES DE CAMPANAS DE SANTA MARIA DE LA ASUNCIÓN DE VILLENA





Dentro de los actos que se programaron en la celebración del Mercado Medieval del año 2003, que organiza la Asociación de Vecinos del Rabal, en la noche del sábado 15 de marzo de dicho año se llevó a cabo el primer concierto de toques de campanas, que estuvo realizado por un grupo de vecinos del citado barrio.

Ofrecemos seguidamente un resumen los distintos toques. Dicha crónica figura en la página web del Gremio de Campaneros de la Comunidad Valenciana y en ella se pueden escuchar los distintos sonidos de las campanas.






VILLENA - CRÓNICA DE LA SEMANA CULTURAL DE "EXPOFIESTA 83"





EXPOSICIÓN DEL III CONCURSO DE FOTOGRAFÍA DE AUTOR, ORGANIZADO POR LA AGRUPACIÓN FOTOGRÁFICA VILLENENSE, Septiembre de 1976

Dicha exposición estuvo abierta del 4 al 15 de septiembre de dicho año. En las fotos podemos ver a tres grandes fotógrafos de nuestra ciudad y directivos de la citada asociación: 

Florentino González Martín, Angel Conejero Navarro y José Plá Arques.




A ti Manué. Autor.- J. J. Puntas. Canta, VERÓNICA CARMONA


Banda Municipal de Música de Granada - 2016

Belleza y locura, por Rino Stefano | Especial Prado | El País Semanal





Para celebrar el bicentenario del Museo del Prado, Rino Stefano y sus colaboradores han realizado un relato en vídeo, producido por El País Semanal, animando una treintena de cuadros de la pinacoteca.




Itinerarios musicales de Ruperto Chapí - 1892


Representación en Alicante de la obra El mismo demonio

Anoche se puso en escena El mismo demonio, producción que aunque nada de notable ofrece, fue del agrado del público, singularmente el segundo acto, en que abundan los chistes ingeniosos y agudezas de buena ley.
El libreto tiene el mérito que dejamos consignado, y la música, aunque ligera, tiene bastante inspiración, como obra del fecundo talento musical Ruperto Chapí.

El Eco de la Provincia; Alicante, 06-01-1892

El esclavo o la venida del  Mesías

TEATRO-CIRCO. La última obra estrenada por la compañía Bernal, ha sido la zarzuela en dos actos El esclavo o  la venida del  Mesías.
            Escrita para  las Navidades, la letra entretiene, y la música deleita. Verdad es que esta es de los señores Chapí y Giménez.
 La interpretación ha sido muy esmerada por todos los artistas.

El Eco de Cartagena, 18-01-1892
Estreno de La bala del rifle en el teatro de la Zarzuela

El numeroso público que acudió anteanoche al teatro de la Zarzuela, iba sin duda atraído por el nombre del señor Chapí, autor de la música de La bala del rifle.
Ignoraban casi todos quien era el autor del libro y aun sabido hoy su nombre hay muchos que no le conocen.
Nosotros sí sabemos que es de Federico Jaques y autor de entre tantas obras, de una sola que gustó, Cuba libre.
Existía una gran desproporción entre la música y la obra. Excelente música, que no fue apoyada por el libreto. El preludio de Chapí fue repetido tres veces.

El Liberal, 08-02-1892

 Representación de Los Lobos Marinos en Tenerife

En el teatro Principal  hoy se representará Los Lobos marinos, zarzuela cómica en dos actos y tres cuadros, original de los señores Ramos Carrión y Vital Aza, con música de Ruperto Chapí.

El liberal de Tenerife, 11-02-1892

Representación de Las doce y media y sereno y la Leyenda del monje en Tenerife

Función para hoy en el teatro Principal, Las doce y media y sereno, libro de Ricardo Manzano y música de Chapí.
Y también La leyenda del monje, una chistosa zarzuela en un acto y en prosa, libro de los señores Arniches y Cantó y música del popular maestro Ruperto Chapí.

El Liberal de Tenerife, 17-02-1892

Interpretación de Las Carceleras en el teatro Real

Se informa de que el próximo martes tendrá lugar  en el teatro Real, el beneficio de la eminente diva señorita Pacini, cantándose la ópera de Donizzetti, Lucía.
En los intermedios de la ópera cantará la distinguida diva tres distintas piezas musicales, de gran dificultad como son, Myssoly, del maestro David; un aria de la ópera de Mozart La flauta mágica y las célebres Carceleras del maestro español Chapí.

Concierto de la Sociedad de Conciertos en el Teatro de Príncipe Alfonso

A dicho concierto asistió S.A. la infanta Isabel y en la última parte del mismo se interpretó el poema sinfónico Los Gnomos de la Alhambra, compuesto por Ruperto Chapí. Se hubo de repetir el segundo tiempo  (Conjuro), debido a los nutridos aplausos.

Ambas noticias se publicaron en:
La Correspondencia de España, 06-03-1892


 Estreno en Barcelona de El Rey que rabió

Anoche se estrenó en el teatro Principal de Barcelona dicha zarzuela. El éxito fue extraordinario, al igual que ya sucedió en Madrid y en cuantas poblaciones se ha representado.
Entre atronadores aplausos se repitieron todos los números de música.
Los autores y la señorita Soler Di-Franco, la señora Fabra y los señores Berges, Soler y Gimeno fueron llamados a escena multitud de veces al final de todos los actos.
Los autores de El Rey que rabió recibieron una de las ovaciones más grandes que en el teatro se pueden recibir.

La Correspondencia de España, 09-03-1892

Éxito de Las Carceleras en el teatro Real

            En el concierto que, anteriormente indicamos que se iba a llevar a cabo en el teatro Real, fue un grandioso éxito la representación de Las Carceleras del maestro Chapí, teniéndolas que repetir dos veces más entre entusiastas aclamaciones, ruidosos aplausos y en medio de una lluvia de flores.
            La orquesta estuvo dirigida por don Manuel Pérez.

La Correspondencia de España, 09-03-1892

Oratorio Los ángeles

La partitura de Los ángeles, oratorio fantástico, original de Chapí será ejecutada mañana en el concierto que dirigido por el maestro Mancinelli, se verificará en el teatro del Príncipe Alfonso.
Chapí escribió este oratorio en el año 1880, y allá por el mes de febrero de ese año, puso en él la última nota. Era entonces pensionado de mérito en la Academia de Bellas Artes de España en Roma, y aunque residía en Madrid, cumplía perfecta y religiosamente los deberes que le imponía en reglamento de la Academia, en lo relativo a la composición de obras, y en cumplimiento de esos deberes escribió la partitura del oratorio que bautizó con el poético nombre de Los ángeles.
En marzo del ya citado año de 1880 el ilustre maestro Arrieta, en honor del eminente violinista Pablo Sarasate y para dar a conocer la obra de Chapí, organizó en el salón-teatro del Conservatorio un gran concierto vocal e instrumental, que se celebró con inusitada brillantez. Perfectamente dispuesto, bien dirigido por Monasterio y compuesto de obras escogidas, fue aquel uno de los conciertos más lucidos y agradables de los que en Madrid se han celebrado. Por espacio de mucho tiempo conservó memoria de él el público que tuvo la suerte de asistir al Conservatorio.
El oratorio de Chapí fue el más aplaudido.

“Es - decía al día de su audición un periódico – una obra de formas severas y acentuadas, que demuestra mucha ciencia y no poca inspiración. La parte instrumental, sobre todo, está muy bien tratada y ofrece pasajes bellísimos que conmueven hondamente al auditorio. Hay en toda ella bastante sentimiento  y domina y resalta la expresión verdaderamente religiosa, aunque con tendencia algo dramática, como acontece de ordinario en esta clase de composiciones.
De la región de oriente sale un ángel de alas de fuego y deslumbrante vestidura: cruza rápidamente los aires y el sonido de su trompeta de oro llena la tierra.
Para describir esto ha escrito el señor Chapí un trozo instrumental inspiradísimo, quizá el más notable del oratorio. También el coro de los mortales implorando perdón, es de gran efecto.”

            Este oratorio lo estrenaron en Madrid las señoritas Buireo y Massanet y los señores Blasco y Nerga, que cumplieron con acierto su cometido, así como las alumnas del colegio que formaron el coro.
            Aquella noche el auditorio aplaudió todos los números e hizo una ovación a Ruperto Chapí. Entonces todavía luchaba éste con el público que poco tiempo después le mimaba como a su autor favorito, y a quien hoy ha esclavizado a fuerza de talento y laboriosidad. Así pues, en 1880, el oratorio tuvo un éxito grande, no es arriesgado aventurar que mañana, en 1892, tendrá un exitazo.
            La letra de Los ángeles la escribió el notable poeta, académico de la Española y de Bellas Artes, Antonio Arnao.

La Correspondencia de España, 26-03-1892

Las campanadas

TEATRO-CIRCO. Las campanadas, zarzuela en un acto, letra de Arniches y Cantó, música de Chapí, ha sido el último estreno verificado en el Circo.
Por cierto que ha tenido mucha fortuna.
Después de convenir en que el asunto de la obra es igual al que sirvió de basé á otra zarzuela titulada La campana de la ermita, fuerza es confesar que está desarrollado, en la actual, con mucha gracia y cuajado de chistes el diálogo, algunos de los cuales huelgan por su color verde subido. Y esto es más lamentable si se tiene presente, que no había necesidad de recurrir á ellos para excitar la hilaridad general.
 La partitura es original, de buena factura, elegante é inspirada.
Todos los números reúnen estas condiciones, pero sobre todos el coro de vendimiadores, cuya delicadeza y frescura le hacen superior á todo elogio.
Basta por sí solo este número para dar reputación a un maestro. En el estreno se cantó tres veces tan lindo obró.
            En una palabra, la zarzuela en cuestión, vale mucho, y todo el público irá á verla. Los Sres. Arniches, Cantó y Chapí han dado unas Campanadas muy sonoras.
Los artistas interpretaron con acierto sus respectivos papeles.
El coro general dijo sus números magistralmente,
Bien la orquesta.
El borrico, falto de ensayos.
El Eco de Cartagena, 13-6-1892

Las no vacaciones de Chapí

Resumen de un artículo publicado en El Día por don Enrique Sepúlveda:
Ruperto Chapí, esclavo de sus deberes, no se ha permitido este año el lujo de descansar y está pasando el verano en el horno, del que han de salir en breve plazo las obras siguientes:

La czarina, zarzuela en un acto, letra de Estremera.
Vía libre, zarzuela en un acto, -del género gordo según dice el maestro- letra de Arniches y Lucio.
Los cariños de Blasilla, obra en dos actos, corte de opereta y ribetes de zarzuela a la antigua.
Una zarzuela cómica, en tres actos, de Fernando Manzano, que se estrenará en el teatro de Jovellanos a primero de diciembre próximo.
Y otra zarzuela, en tres actos también, de Arniches y Cantó, para el mismo coliseo.

La Correspondencia de España, 24-08-1892

Aumento de precios por ver El Rey que rabió

La compañía, cuyos directores son José Gil y José Rius, estaban planificando las distintas obras a representar en Palma de Mallorca y comentan que los aplicarán, en atención al público,  los precios ordinarios, salvo  en la popular obra de los señores Vital Aza y Ramos Carrión y música de Ruperto Chapí, denominada El Rey que rabió, debido a que el exclusivismo y derecho de estreno, sin contar los literarios, cuestan 2.000 pesetas; más tres decoraciones nuevas pintadas por el reputado escenógrafo señor Bermúdez y 200 trajes confeccionados por la acreditada sastrería de don José Tomás de Valencia, con estos gastos inmensos será la única obra que en sus cinco únicas representaciones  sufrirá un pequeño aumento en entradas y localidades.
El repertorio de la Compañía es de lo más selecto y divertido.

El isleño; Palma de Mallorca, 17-10-1892
El Noticiero balear, 18-10-1892
   
Representación de Las tentaciones de San Antonio

En el teatro Principal de Gerona, la función para el día 10 de noviembre de 1892, a las ocho y media,  es la siguiente:
1ª La acreditada zarzuela en dos actos, de los señores Camprodón y Arrieta, en la que debutará el tenor Barella, titulada Marina.
Estreno de la divertida zarzuela en un acto, letra de los señores Ruesga y Prieto y música de Ruperto Chapí, titulada Las tentaciones de San Antonio.
La Lucha; Gerona, 10-11-1892
Acabada la zarzuela de  Los mostenses
Los Sres. Arniches, Lucio y Cantó han terminado ya el libro de su zarzuela en tres actos, Los Mostenses, que, con música del maestro Chapí, se estrenará, durante la temporada actual, en el teatro de la calle de Jovellanos.
Las Provincias de Levante, Murcia 01-12-1892

Un comentario de Emilia Pardo Bazán sobre Ruperto Chapí

Realizando la citada escritora un comentario sobre la temporada tan desastrosa  del teatro Real, indica:
Uno de los indicios de disgusto más prudentes, es el de mandar callar los aplausos. Y esto y lo otro hizo el público anoche en el Teatro Real, cuando se estrenaba la ópera de León Carvallo, Pagliacci anunciada con bombo y platillo como novedad musical de la temporada.
Pagliacci me parece más que ópera, opereta, O para decirlo en castellano, zarzuela con pretensiones, no diré que leí todo injustificadas, porque tiene algunos trozos delicados y bonitos, pero al cabo pretensiones. Con poco que pusiese de su parte Chapí, escribiría diez óperas como Pagliacci no; diez veces más frescas, más inspiradas, más originales, más vivientes.
Emilia Pardo Bazán
05-12-1892
El Eco de Cartagena, 09-12-1892

A LA FERIA DE VILLENA, crónica escrita por Francisco Juan y Marco, publicada en 1923.


Francisco Juan y Marco nació en Sax en 1877, era descendiente de familias nobles, realizó sus correspondientes estudios y ocupó cargos políticos en Sax, primero de concejal y en 1914 fue elegido alcalde.

Colaboró en diversas publicaciones, como fueron: “La Correspondencia de Alicante” en 1918; en 1906 en “El Graduador; en 1905 en “La Tarde”, diarios que se publicaban en la citada ciudad. En 1920 en el semanario “El Pueblo Español” de Madrid y en 1921 en “El Defensor de Biar” y en “El Castillo de Sax”.
El Centro de Cultura Valenciana, en mayo de 1918, lo nombró director-correspondiente en Sax: se designaban así a los cronistas de las diputaciones y ayuntamientos del antiguo reino de Valencia que justificasen la posesión de dichos cargos y los eruditos residentes en poblaciones del mismo territorio, designado por el Centro.
Se dio a conocer como brillante y fácil escritor, publicando una serie de producciones y entre otras, citamos: “Historia de Sax”, “El Valle de Castalla”, “Elda”, “De mi archivo”, “Elogio a D. Joaquín María López”, “Don Salvador Amorós y Martínez, “Don Luciano López Ferrer”, “Santonja, de Biar”, "A la Feria de Villena".
El texto citado forma parte del prólogo que escribió José Abargues Ferrer, con motivo de la publicación en Villena (año 1923) de un libro que, titulado “DE TODO UN POCO”, ofrecía varios de los artículos que hemos citado en el párrafo anterior.
Dicha publicación está dedicada a D. Salvador Amorós Martínez por su autor don Francisco Juan y Marco, con la siguiente dedicatoria:

“Afectuosamente dedico este libro que no tiene más mérito que demostrar mi cariño a los pueblos de esta comarca y ser un recuerdo de gratitud sincera a la persona a quien va dedicado”.

                                               Francisco Juan y Marco

En el citado libro aparece un simpático artículo de seis páginas titulado: “A la feria de Villena”, en el que se narra un viaje desde Sax a Villena en tren, un domingo por la tarde (con la correspondiente parada en la  estación de La Colonia), para visitar la tradicional Feria que se instala en Villena entre octubre y noviembre.

Dice así la crónica de dicha visita a la feria:

“Era domingo, y a las cuatro de la tarde, la estación de la villa de Sax se veía muy concurrida; todo era alegría en los semblantes; el sol derramaba sus rayos de oro; día hermoso y bonancible que había que aprovechar; la mayor parte de la gente guardaba en su correspondiente bolsillo el billete de tercera clase, pues como el trayecto es corto, lo mismo lo utilizan los ricos que los pobres; parece esto un verdadero sueño de igualdad social, donde en el tren, en un mismo departamento, se estrujan y codean el burgués y el obrero.
Aunque con algún retraso, apareció la locomotora, y sonó una exclamación de alegría general entre el impaciente público que esperaba la llegada del tren; el tren marchaba lentamente, y al sonar la campana detuvo su marcha majestuosa.
La mayoría de los viajeros iban a ver la feria de Villena, a visitar aquella población agricultora, enriquecida en época reciente por sus viñedos, y que posee aguas abundantes que riegan su huerta.
Villena, ciudad alegre, donde parece que se respiran aires de capital. El tren iba repleto y marchaba rápido, como si el maquinista que dirigía su marcha quisiera complacer los naturales deseos de los viajeros y llegar cuanto antes.
El humo de nuestros cigarros subía en espirales, y parecía, extendido, blanquísima nube. Pasamos el puente, el desmonte; nuestra vista se recreaba con la variedad del panorama; el huerto Martín, con sus bancales de color ceniza, plantado de árboles frutales; la venta de Aynat, que nos traía a la memoria aquel ilustre general D. José de Aynat, que tanto brilló y tan conocido y estimado fue reinando Isabel II, a quien llamaron la espada virgen, y que tanto bien hizo por Sax, a quién él llamaba su pueblo predilecto. La casa de los Giles, extensa heredad pegada junto a la vía, con su hotel azulado, a estilo madrileño, que denota el buen gusto de su caprichosa dueña; los viñedos que parecían tableros de ajedrez y llegan hasta la sierra llamada la Peña Rubia.
Oí la voz chillona que gritaba: “Santa Eulalia, un minuto”. De pronto, el tren se detuvo, subieron unos pocos viajeros, volviendo otra vez, después de sonar la campana y ordenar el jefe de estación la salida, a estar en rápida marcha.
Santa Eulalia es estación intermedia entre Sax y Villena; hermosa heredad convertida entre Sax y Villena; hermosa heredad convertida en Colonia agrícola por su actual propietario, el conde de Gestalgar y de la Alcudia.
En aquellos años, según refiera la tradición, se dio una memorable y célebre batalla en tiempos del rey D. Jaime I de Aragón, y se apareció a los guerreros cristianos la referida Santa.
No sé si lo que voy a narrar es verdad o cuento, mas como me lo contaron lo cuento: El dueño de aquel rinconcito del Paraíso, hace algunos años poseía un orangután, muy inteligente, bien adiestrado, y que con sus gracias y habilidades, servía de distracción y agradables pasatiempos. Los monos son, por lo general, muy inteligentes, y es forzoso reconocer que muchas veces dan pruebas de prudencia, dulzura, alegría, bondad, cariño y confianza hacia el hombre. Durante varios días, un criado conducía el mono, que siempre iba sujeto a fuerte cadena, y por lo tanto no gozaba de libertad, a una gran balsa, viéndose obligado el simio a tomar un baño de placer; el modo nadaba y gesticulaba, dando a entende3r que no era aquello cosa de su agrado; pero no podía arañar ni morder y tenía que comprimir su rabia.
Mientras el mono saltaba y nadaba, el criado se reía, pues aquellas protestas, aquellos gestos, le hacían mucha gracia. Después, cuando salía el simio del agua, le daban una golosina para que él, agradecido y en justa compensación, olvidase su enojo. Más llegó un día que el criado se distrajo mirando al cielo, a orillas de la balsa; el mono quiso imitar al hombre, buscó la comparación de los efectos, lo arrojó de un fuerte empellón dentro de la balsa, y mientras el hombre se ahogaba y daba voces pidiendo auxilio, el mono reía, reía a más no poder, enseñando sus blancos dientes. Al oír aquellas voces del angustiado criado, acudieron los demás dependientes y campesinos de la Colonias, sacaron al criado de la balsa, y no fue pequeña ni para contarla la paliza que le zurraron al vengativo mono. Fuera de ello lo que fuere, lo cierto es, que jamás he visto mono ni orangután alguno en la mencionada Colonia, y más bien parece todo ello creación ingeniosa de la fantasía de las gentes.
Después de cruzar los prados, el rio Vinalopó, el término de Villena llano y con numerosas casas de campo que se iban alejando de nuestra vista, veíamos el caserío; asiéntase en el declive del cerro llamado Peña de San Cristóbal; en lo más alto de la ciudad vieja, se yerguen sobre un estribo de la peña los macizos muros y la alta torre cuadrada de su castillo señorial, y completan su fisonomía las esbeltas torres de sus dos parroquias, Santiago y Santa María, que tienen el aire de los campaniles italianos.
Oí la voz ronca de un empleado que gritaba: “Villena, veinte minutos”. De pronto, el tren se detuvo; los viajeros abandonaban sus asientos, se abrían las portezuelas, se apeaban; las voces de bienvenida de muchos que esperaban, me indicaron la llegada al punto de mi viaje, y que debía abandonar mi asiento. Descendí del vagón del ferrocarril y me dirigí, por no decir todos, nos dirigimos hacia la feria.

Cerca de la estación, pudimos admirar en el jardín, en aquel jardín paseo y deleite de las jóvenes hermosas y elegantes, el busto del célebre y afamado compositor de música, D. Ruperto Chapí, autor de varias zarzuelas, óperas y otras composiciones españolas, hijo de esta tierra privilegiada por la naturaleza, el gran Teatro, todavía por terminar, magnífico edificio que pare propio de una gran urbe.
La feria estaba situada en una céntrica plaza, e iba a terminar en la fuente llamada prosaicamente “de los burros”; estaba muy concurrida, por ser precisamente día festivo; en el centro de la plaza tocaba la música, que nos distraía y nos hacía pasar el tiempo agradablemente. Tres horas habíamos de permanecer en aquella hermosa Ciudad, pues a las siete de la tarde sale el tren que va a  Alicante, y en él teníamos que volver a nuestros pacíficos hogares.
Ofrece Villena el aliciente del lindo Casino y otros centros de recreo. No sé qué pensar de esos hombres a quienes domina la pasión del juego, que en una baraja encuentran sus placeres, ponen todas su afecciones y cifran su porvenir. El azar y la suerte son los únicos excitantes de su fría sensibilidad. Se irritan y enfurecen si pierden. Gozan una pueril alegría si ganan. No piensan más que en la mesa de juego, y en la mesa de juego no ven sino el naipe que tienen delante, al que apuestan acaso la fortuna de su familia. No todos los que concurren a la feria de Villena son jugadores; sin embargo, pocos son los que resisten a la tentación de probar suerte, a ver si pueden ganar y reintegrarse de los gastos que les ocasiona la agradable excursión.
Antaño, por doquiera, en el vecindario de los pueblos cercanos, se oía exclamar: “Vamos a ver el Orejón”. En la plaza del mercado había una torre de estilo barroco, y en ella estaba el reloj público. Al toque de las horas, asomaba la grotesca y orejuda cabeza por un ventanillo, el legendario personaje, admiración de los campesinos forasteros que venían a las ferias.
Pero el progreso inexorable, y los progresistas de Villena, por los años 1888, derribaron la torre, juzgando sin duda incompatible con la cultura de la ciudad aquel resto burlesco de otras edades. Así es que hoy ya no se puede exclamar más que: “Vamos a la feria”, “A la feria de Villena”.
El tren de Alicante restituyónos presto a Sax, y a las ocho de la noche me hallaba ya de vuelta en mi familiar retiro, entregando a mis pequeñuelos los dulces y juguetes, grato recuerdo de la renombrada feria.”