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«Unos paisajes villenenses en el monasterio de Santa María del Parral en Segovia - 2009»

Descripción de una visita realizada al monasterio del Parral en Segovia, en cuya capilla se encuentran los sepulcros del marqués de Villena, don Diego López Pacheco y su esposa doña Juana Enríquez.

Es muy interesante contemplar en los relieves, las alusiones a Villena, estando representadas las murallas del castillo y las torres de Santiago y Santa María (como se puede observar, no figuran los círculos que, en la actualidad, contienen los relojes).









«Catálogo de los profesores de las Bellas Artes Murcianos, por A. Baquero Almansa, Murcia 1913»

 Del citado catálogo, efectuamos un resumen de los artistas que estuvieron relacionados con Villena.

Tras una advertencia preliminar que escribe el autor  en Murcia, el 26 de diciembre de 1912, figura una introducción histórica algo extensa, para dar paso a los profesores murcianos de las bellas artes, y los va citando por siglos, comenzando por el XIV y el XV.

 

Maestre Jacobo Florentín  (pág. 41 a 45)

         Vino a España en 1520, fue escultor arquitecto del primer tercio del siglo XVI, a quien se debe el primer cuerpo de la torre de la catedral.

Indica que “murió en un lugar de Murcia que se llama Villena…” en 1526 y esto es contado por su hijo Miguel de Urrea.

Hay una nota a pie de página en la p. 44 que dice así:

 

El Sr. G. Simancas (Revista de Archivos ya citada) sospecha si deberán atribuirse a maestre Jacobo Florentín dos preciosos retablos tallados en madera y policromados y una pila bautismal con preciosos relieves que existen en la parroquial de Villena, y que él ha registrado en su Catálogo Monumental y Artístico de la provincia de Alicante.

 

Mícer Francisco Florentín  (págs. 45-46)

        Su hermano Mícer Francisco Florentín fue también un excelente pintor, escultor y arquitecto en Italia y España.

Se le llamó “El Indaco” y en 1520 estuvo trabajando en la torre de Murcia.

En abril de 1521 figura como Maestro Mayor su hermano Jacobo, mientras que en los dos años anteriores, en las cuentas de Fábrica sólo figura Micer Francisco como Maestro Mayor.

 

Jerónimo Quijano  (págs. 47-53)

 

Fue llamado “El Montañés”. Constructor del 2º cuerpo de la torre de la catedral de Murcia (1526 y siguientes).

El primer cuerpo se concluyó en 1525.

Era arquitecto y escultor.

Urrea lo califica entre los más distinguidos representantes del Renacimiento Español.

Figuró como maestro mayor hasta 1563. Sus restos están en la catedral de Murcia.

 

Acta Capitular de la Iglesia de Cartagena de fecha 16-11-1526 (págs. 445-447)

 

Se titula “Captación y Asiento con Maestre Jerónimo Quijano”. Entre los reunidos figuran don Martín de Selva, arcediano de Cartagena y don Pedro de Medina, tesorero, ambos de Villena.

Tratan acerca de la contratación del Mastre Jerónimo, manifestando que debe fijar residencia en Murcia y que traiga a su mujer en el plazo de dos meses desde la firma del contrato.

Se indica también que no se puede ausentar de Murcia, sin pedir permiso al Deán y Cabildo, que debe acabar la torre y se estipulan los plazos de la obra.

 

José Esteve Bonet (pág. 296)

 

          Notable escultor valenciano, fue escultor de cámara de Carlos IV y director general de la Academia de San Carlos, sustituyendo a Vergara. Por su fecundidad y por la índole y mérito de sus obras puede considerarse como el Salzillo de Valencia.

          Obras que realizó para Villena:

 

1766: Un niño de un palmo para la viuda de Francisco Esteve.

1768: Un San Joseph con el niño, de 5 palmos para Fray Juan Simón.

1783: Un San Joseph de 5 palmos con el niño Jesús dormido y un palmo de peana, para don Alonso Mergelina, regidor.

 

Roque López  (págs. 314-318 y 488)

 

Discípulo predilecto de Salzillo y continuador de su escuela. Fue natural de Mula, debió nacer por los años de 1740 y tantos 1747?; pues en el año 65 ya le vemos de oficial en el taller de Salzillo y tan estimado del Maestro, que al dictar éste su segundo testamento, le mandaba un juego completo de herramientas. Al lado del insigne imaginero estuvo unos veinte años y cuando el maestro murió comenzó a brillar la estrella de Roque.

Más adelante describiremos el catálogo de sus obras que publicó el Conde Roche en 1889. Las obras que detalladas en el mismo están entre 1783 (años de la muerte de Salzillo) y 1811.

En la pág. 488 se cita que Roque López, para Villena, realizó las obras siguientes:

 

Asunción de la Virgen, Soledad, Virgen del Rosario, Otra Virgen (para las monjas), Santiago Apóstol y San Francisco en la impresión de las Llagas.

«GALA V CENTENARIO CIVDAD DE VILLENA» - 25 febrero 2025


Desde el Teatro Chapí, retransmisión oficial de la Gala del V Centenario de la Ciudad de Villena. 25 de Febrero de 2025 - 18:30 Organiza: Ayuntamiento de Villena y Comisión V Centenario Ciudad Villena

«Jacobo Florentín, Francisco Florentín y Jerónimo Quijano» artistas destacados del siglo XVI y que desempeñaron una gran actuación en Villena


Detalle de tres grandes personajes, que influyeron notablemente en Villena durante el siglo XVI.


Jacobo Florentín

         Jacopo Lazzaro Toni, llamado en España Jacobo Florentino o Florentín, el “Indaco”, nació en Florencia en 1476 y falleció en Villena en 1526. Lleva el remoquete de “Indaco Vecchio”, para distinguirlo de su hermano menor Francisco -que no tiene nada que ver con el Francisco Florentín que llegó a España y comenzó la torre de la catedral de Murcia, que seguiría Jacobo-.

Jacobo casó en España con Juana de Velasco, hija del entallador de Jaén, Juan López de Velasco; autor, con el alemán Gutierre Gierero, de la sillería de la catedral de Jaén.

Fue pintor y escultor renacentista italiano, así como discípulo del gran artista Miguel Ángel.

Jacobo y Pedro Machuca -pintor renacentista español que nació en Toledo en 1490, pero que se formó en Italia con Miguel Ángel, donde conoció a Jacobo-,  vinieron a España, atraídos por el esplendor de la corte de Carlos V.  Jacobo vino como pintor y enseguida se destacó como un valiente estatuario.

 En 1520 contrataron en Granada la realización de un retablo para la Capilla Real. Ambos tenían prestigio de fresquistas, que se lo habían ganado en Italia en el taller de Miguel Ángel.

Aunque el proyecto de la Capilla Real se redujo notablemente por las penurias económicas del momento, ambos trabajaron allí y Jacobo realizó dos bellas pinturas que representan la venida del Espíritu Santo y la Santa Cena, así como el retablo.

Tras estos trabajos se le abrieron algunas puertas importantes, todo ello unido a que era un hombre muy abierto al nuevo orden renacentista, adaptándose perfectamente a las nuevas corrientes artísticas del Renacimiento. Se convirtió en arquitecto, sin serlo; y acabó creando escuela e influyendo notablemente en la arquitectura renaciente andaluza.

Jacobo se colocó en dos puntos estratégicos: Murcia y Granada. Desde uno de ellos su radio alcanza a todo el Levante meridional y desde el otro, gracias al formidable empuje de Diego de Siloe, a Andalucía.

Hay constancia de que en el año 1522, tras el fallecimiento de Francisco Florentín, Jacobo pasó a ser maestro de la torre  y hasta 1526, se registran pagos por tal concepto. En la Catedral de Murcia, Jacobo elevó el primer cuerpo de la torre y en 1525 inició las obras del segundo cuerpo. Este trabajo lo simultaneó con la  realización de  las dos  portadas de la Sacristía, en las que destacan los adornos de los capiteles: carátulas y cabezas de mujer, así como tres hornacinas con figuras de la fe, esperanza y caridad.

 

En la década de 1520 comenzó la construcción de la sacristía de Santiago, situada a los pies de la torre. Tradicionalmente se ha atribuido esta obra a Jacobo Florentino. Se sabe que fue él quien realizó la bellísima pila bautismal. Se le atribuye también la elegante portada de la sacristía, así como la decoración de dos ventanas del Palacio Municipal, que dan a la placeta de Santiago. Al fallecer en 1526, le sucedió en la obra de Santiago su discípulo, Jerónimo Quijano”.


                (Manuel de Assas, “Iglesia Arciprestal de Santiago en                                                                         Villena” – Monumentos Arquitectónicos de España, Madrid 1878)

             Francisco Florentín

         Arquitecto italiano, llegó a España a principios del siglo XVI. Su labor está documentada en la catedral de Murcia. Era cantero y escultor de mármol.

Su obra, derivada del arte florentino de fines del siglo XV, supuso la introducción de formas renacentistas en España.

Aunque realizó importantes trabajos en la Capilla Real de Granada, donde emprendió obras de más trascendencia. Fue en Murcia, ciudad que, debido a su magisterio y sobre todo al de su sucesor Jacobo Florentín, el Indaco, se convirtió en un gran centro de difusión del arte moderno.

Francisco se incorporó a la catedral de Murcia, como maestro mayor en 1519, comenzando la construcción de la torre el 7 de julio de 1519. Cobró salario como maestro de la torre hasta 1522, fecha en que falleció. En tan corto periodo de tiempo, Francisco no haría más que sacarla de los cimientos y preparar el camino a su sucesor, Jacobo Florentino.

Posiblemente intervino en la portada de la catedral llamada de las Cadenas, que se labró entre 1512 y 1515.

    Jerónimo Quijano

         Nació, probablemente, en la última década del siglo XV y falleció en 1563. Coetáneo de los grandes arquitectos españoles: Siloe, Machuca y Berruguete. Compartió con todos ellos la innovación y creatividad. Probablemente era de Santander, de  ahí su apodo de “El Montañés”.  Fue arquitecto y escultor, se formó en Burgos y comenzó su trabajo en el coro de la Catedral de Jaén (entre  1524 y 1526), donde colaboró con Juan López de Velasco -suegro de Jacobo Florentín- y Gutiérrez Gierero.

Fue el primer artista local que encarnó el nuevo estilo arquitectónico y continuó las enseñanzas de Jacobo el “Indaco”, a quien conoció en Granada, puesto que allí se congregaron gran cantidad de artistas de la época. Ambos viajaron a Murcia, en donde Jacobo Florentino tuvo la ocasión de hacer partícipe a Quijano de sus distintos trabajos.

 

“Es el buen maestre Jerónimo, escultor excelente y arquitecto que fue maestro de la obra de la torre de Murcia y del Obispado de Murcia y Cartagena, persona entendida en buenas letras”. Son estas las últimas palabras del licenciado Lázaro de Velasco en el prólogo de su traducción del Vitrubio.

 

El maestre Jerónimo Quijano, además de un excelente escultor (más que entallador) fue una persona ilustrada, entendida en buenas letras. De hecho su firma se conserva en Toledo, en la tasación que hizo el 7 de abril de 1548 del grupo de la Transfiguración, de Berruguete, en el trascoro de aquella catedral.

Como escultor se le atribuyen varias obras, entre ellas las realizadas en la iglesia de Santiago Apóstol de Villena, como son: el retablo de la Virgen de la Esperanza, la puerta de la sacristía y  las ventanas de la sacristía (que dan a la calle Ramón y Cajal). Hay que tener en cuenta que Quijano continuó en Santiago la labor iniciada por Jacobo Florentino, por lo que no es posible cuantificar hasta donde hizo Jacobo y hasta donde Jerónimo.

Mientras no aparezcan documentos que acrediten con rigor lo que hizo cada uno, lo mejor es que formen parte del equipo que participó en las distintas actuaciones realizadas en el templo de Santiago de Villena.

Continuó los trabajos de la construcción de la torre de la catedral de Murcia en 1526, en calidad de maestro mayor y en la propia catedral se le atribuyen varias obras, entre ellas la capilla de la Encarnación y la de la Transfiguración del Señor. Su evolución se producirá desde un dominio en escultura hasta un excelente control de la arquitectura renacentista romana, que en España la materializará con una gran belleza en los acabados.

 

No existen fronteras artísticas entre el reino de Murcia y la vecina provincia de Alicante y la vecina provincia de Alicante, por lo que agrupamos esta región del Levante-Sur en una misma entidad artística.

Historia Universal del Arte Hispánico, por Fernando Chueca Goitia. Volumen Undécimo.

 

«Algo de historia de Villena» artículo publicado "El Activo nº 16", 10-9-1899

  Algo sobre la historia de Villena

         Con motivo de las fiestas me propuse publicar algunos apuntes sobre la historia de Villena; por más que busqué solo he logrado escaso número de notas, lo que hizo vacilar mi propósito  del que desistí completamente al ver en El Jueves el hermoso artículo de don Salvador Avellán que ha conseguido reunir muchos datos, comentándolos con suma erudición. Si escribo este artículo es, primero, para hacer una ligera observación al señor Avellán con objeto de que prosiga sus estudios y esclarezca un punto que no creo suficientemente probado; y segundo, teniendo en cuenta que la historia proporciona útiles enseñanzas, deducir  la que de algunos hechos pasados referentes a Villena, pueden sacarse para en lo sucesivo.

Entrando en el primer punto, desde luego distintas referencias afirman que Villena es la antigua Túrbula; lo que no resulta tan claro, es que fuese el poblado que Aníbal tomó como pretexto para sitiar a Sagunto; pues Titolivio dice que tales pueblos fueron los Turdetanos, los cuales, afirma Estrabón, los constituían doscientas ciudades y villas; Plinio sólo les asigna ciento cincuenta y Ptolomeo los divide en Turdetanos, Túrdulos, Vastellos, Melesios y otros, asignando a los Turdetanos cuarenta ciudades mediterráneas.

Una dificultad existía para que los pueblos que se quejaban de Sagunto fuesen los Turdetanos, y era que estaban a gran distancia de aquel pueblo, y en sus quejas a Aníbal, decían ser molestados por sus confinantes los saguntinos. El Padre Mariana la salva suponiendo que los Turdetanos a instancias de los cartaginenses habían edificado en la frontera de Sagunto, una ciudad que llamaron Tardeta o Tarta, tal suposición en algunos escritos de Larisio; de ser cierta, tal ciudad sería la moderna Teruel, según Juliano Pomerio.

Quien afirmó que los pueblos que se quejaron a Aníbal fueron los Turboetanos, fue Apiano Alejandrino, y aunque algunos suponen que quiso escribir Lobetanos, Escolano, fundándose en datos de Ptolomeo, cree exacta la palabra y coloca a Túrbula al lado de Murviedro, y con solo un monte de por medio, creyendo que estaba situado el pueblo en la serranía de Teruel.

Lafuente, también opina que fueron los Turboletanos, pero llama así a os habitantes de Turba, no de Túrbula.

De tan diversas opiniones nacen mis dudas y confió en que el señor Avellán continuará con sus eruditos estudios con objeto de esclarecer punto tan importante.

Y concluido mi primer objeto entro en el segundo, o sea en la deducción de consecuencias.

Confieso que extrañé el nombre de Túrbula “pequeño alboroto o turbulencias” y quise encontrar su etimología; al cabo de revolver millares de pergaminos hállela en unas Crónicas de Quinto Sempronio, que la explica diciendo que al venir los Romanos (no los de las fiestas) y apoderarse de varias ciudades, lo hicieron del actual Villena, y entre los que destinaron a vivir en ella existía un mago, gran adivino, llamado Fabalor Pellax, que fue quien impuso el nombre de Túrbula, extrañándose sus compañeros, dijo con acento profético: “cierto es que hoy no existen turbulencia alguna, pero por mis lares os juro que pasados cientos de años ocurrirán grandes turbulencias en este pueblo, a causa de que vendrá un Che que contra voluntad de todos, querrá proclamarse Cónsul, o Emperador”.

¿Habrá quien después de leer esto dude del poder la magia?

Pasando al estudio de las notas que he tomado, veo que “originadas cuestiones sobre los límites de Castilla, Aragón y Valencia, se decidió la resolviesen, don Dionisio, rey de Portugal y el infante don Juan, los cuales en escritura de ocho de agosto de 1304, decidieron que Villena y otras ciudades pasasen al rey de Aragón, para siempre así como cosa suya propia con pleno derecho el señorío, en cuanto leí lo anterior exclamé: -Eureka, ya me explico en qué quiere fundar el Che su pretendido caciquismo-.Sin duda se considera descendiente de los reyes de Aragón, y así toma a Villena como cosas propia considerándose con pleno derecho el señorío para hacer su santa voluntad; gran servicio le hago publicando este fundamento porque hasta ahora, nadie le conocía ninguno.

A pesar de lo anteriormente copiado, Villena estaba más por Castilla, pues posteriormente en la guerra entre castellanos y valencianos, veo en otra nota que los castellanos pusieron sitio a la villa de Caudete por el mes de septiembre de 1429, antes de que pudiesen ponerla en estado de defensa por los valencianos, estos trataron de enviar algunos cañones a aquella plaza, pero fueron cogidos por los castellanos.

Tome el Che buena nota de lo anterior y piense –que se Villena era entonces contraria a los valencianos, más contraria es hoy a él, con lo que le da su verdadero parecido.

Por último, veo en otra nota que en la guerra de la Independencia, “el general Arispe se dirige a Villena, donde llega sin ser visto ni oído a favor de la oscuridad de la noche; sorprendidas las tropas españolas que allí habían al amanecer del 11 de abril de 1813, son batidos por aquel general que las obliga a emprender la retirada, no sin dejar en su poder 500 hombres y una bandera”.

Quien ha de tomar nota de lo anterior es el pueblo de Villena, pues por descuidarse ha dejado que el Che vaya tomándose importancia solapadamente, como si dijéramos desde la oscuridad, y si demostramos temerle y huimos, la derrota es segura, mientras que resistiéndole, pronto nos convenceremos de que no va ninguna parte; pues el último villenense vale más que este forastero que, endiosado con su fortuna, me recuerda la conocida fábula en que el protagonista toma como para sí, las reverencias que se dirigen a su sobrepuesta.

El Dr. X.X.

El Activo nº 16, 10-9-1899

«Censos relacionados con el siglo XVI, en los que figura VILLENA»

          Censo de población de 1533Reino de Murcia - Francisco Chacón Jiménez, Universidad de Murcia – 2000

 Cuestiones preliminares

 

Es necesario aclarar el término provincia dentro de la división territorial y fiscal de Castilla en el siglo XVI. En la organización de carácter fiscal, la entidad representativa era la ciudad con voto en Cortes, que a la vez solía abarcar una o varias provincias. Las localidades que comprendía la provincia de Murcia se correspondían, prácticamente con las que formaba el reino de Murcia. Sin embargo, el reino es una división política distinta a provincia que tiene un sentido fiscal.

El Rey necesitaba conocer la situación económica y social de sus vasallos para determinar si los impuestos que pagaban  se correspondían con su riqueza real y por tanto con sus posibilidades. Entre 1528 y 1536, toda la geografía castellana se vio inmersa en una gran operación, sin precedentes, calificada de primera gran encuesta pre estadística (en Murcia concluyó el 1533).

Proseguirán otras, como fueron la de las alcabalas (impuesto que el vendedor pagaba al fisco, tanto en compraventa como en permuta) en la segunda mitad del XVI o las grandes encuestas del XVIII: Catastro del Marqués de la Ensenada (1752), Censo de Floridablanca (1787) y Censo de Godoy (1797).

 

Los autores de los informes indican:

Nosotros personalmente fuimos a todas las dichas ciudades, villas e lugares… e por lo que vimos por vista de ojos.

 

En el fuero concedido a las ciudades de Murcia y Lorca, los hidalgos quedaban obligados al pago del servicio y debían contribuir igual que los pecheros.

A principios del siglo XVI la provincia de Murcia era una de las 18 provincias de Castilla y sus 57 localidades representaban un 5,3% de todo el territorio castellano.

Murcia era un territorio escasamente poblado, como consecuencia de la reconquista reciente: tierra de contacto y de frontera con el pueblo musulmán. En ella existían diversas jurisdicciones: eclesiástica, señorial, órdenes militares y realengo.

Tres rasgos generales caracterizaban el balance demográfico, que de estar en contacto permanente en el siglo XIII con el pueblo musulmán, se convierte en territorio de frontera con el consiguiente vacío de población. La costa era el espacio menos ocupado, eran verdaderos desiertos demográficos, solo la salvaban los 500 vecinos pecheros de Cartagena y los 272 de Almazarrón. En contraste, eran las tierras del interior y del norte de la región y de la zona de la Mancha las que, o bien por los recursos agrícolas en las zonas de huerta o una potente ganadería unido al transporte y a la arriería como recurso económico en las localidades que son eje de comunicación: Albacete, Chinchilla, Villena, las que alcanzaban las cifras más altas.

En aquella época ya existía el trabajo domiciliado de la mujer elaborando alfombras y paños (esto en el Norte). La carretería, el trajinar y en conjunto la actividad comercial estaba en zonas estratégicas (Almansa, Villena, Albacete, Chinchilla).

El trigo y la seda fueron los dos factores básicos sobre los que se sustentó el modelo económico que surgió a principios del XVI.

Villena, en el periodo 1527-1528 era la 6ª localidad que tenía más presión fiscal, con 629 vecinos, de realengo (calificación jurisdiccional que tenía del Rey), con una relación pago/vecino de 160’5 maravedíes.

En la tabla que se confeccionó con propuestas de rebaja en el servicio, figura Villena con un decremento del 7,4%, pasar de 100.940 maravedíes. En los años 1527-1528 a 93.440 maravedíes.

 

Informe de las averiguaciones que realizaron Diego de Molina y Juan Franco entre 1527 y 1528:

 

La ciudad de Villena tiene 629 vecinos pecheros, en los cuales hay hasta 50 o 60 vecinos que tienen razonables haciendas y algunos de ellos viven de tratos en seda, en jabón y otras cosas; la mayor parte de los demás son labradores y carreteros que trajinan con sus carros y viven de ello y otros hay muchos necesitados y algunos pobres.

Tiene esta ciudad razonables términos y pinares grandes y buenos y pastos de ganados. El agua no acude de ordinario pero más que en Murcia.

Pagó esta ciudad de servicio, el dicho año de 1528: 100.940 maravedís.

Nos parece que debe pagar 93.440.”

 

    Censo de población de las provincias y partidos de la Corona de Castilla en el siglo XVI, Madrid – Imprenta Real, año de 1829

 

El Censo de las Provincias ordinarias y Partidos de la Corona de Castilla que se imprime a continuación, está copiado fielmente de un libro intitulado: “Libro del repartimiento que se hizo de los ocho millones (de Donativo) en virtud de las averiguaciones que se hicieron de las vecindades del Reino el año de 1591 para desde el año de 1694 en adelante “ el cual se custodia en el Real Archivo de Simancas, y pertenece a las Contadurías Generales, 2ª época, inventario 2º, contaduría de Rentas, libro nº 2970.

En este Censo se reputaron por pecheros, según parece, todos los vecinos de cada pueblo, por razón de que, siendo Donativo el que se repartía, no había exenciones; pero no consta que se incluyesen en él los individuos del Clero tanto Secular como Regular.

Las notas comparativas en los años de 1530, 1646 y 1694 se han tomado de libros formados por el encabezamiento de alcabalas.

 Vicaría de Villena

Las dos parroquias,  Santiago con 360 vecinos y Santa María con 420. Total 780.

La villa de Almansa tiene una pila y cuenta con 640 vecinos.

La villa de Sax tiene una pila y cuenta con  93 vecinos.

Datos de vecinos pecheros que figuran en la página 75:

Villena: 828 vecinos pecheros.

 Datos comparativos:

(Pecheros)

Año 1530…………………….629 (en Murcia y huerta habían 2.595)

Año 1646…………………….486 (ídem.                                  3.960)

Año 1694…………………….646 (ídem.                                  5.154)

 

Hay que tener en cuenta dos fechas importantes:

1492: la expulsión de los judíos.

     1603: la expulsión de los moriscos.

Propuesta para la celebración de un certamen de pintura en la ciudad de Villena, con motivo de la celebración de su 500 Aniversario como CIUDAD

La ciudad de Villena, a partir del próximo martes estará inmersa en la celebración del 500 aniversario de la concesión del título de ciudad, por parte del rey Carlos I, a instancias de su madre doña Juana I de Castilla.

Serán muchos y variados los actos realizar y salvo los videos que se realicen, el resto quedará para el recuerdo en la mente de los que hoy están vivos.

Sugiero que, dada la gran cantidad de pintores que hay en nuestra ciudad, el M.,I. Ayuntamiento de Villena organizara un certamen de pintura que, como motivo central, figurara la "Villena" del siglo XVI. Las obras presentadas supondrían un recuerdo vivo y perenne de tan importante año.

Sería interesante que la sugerencia que acabo de plantear sea tenida en cuenta, puesto que el gran beneficiario de la misma sería VILLENA y las GENERACIONES FUTURAS y, de paso, se engrandecería notablemente la PINTURA LOCAL. para gozo y disfrute de la contemplación de obras artísticas realizadas por pintores locales.

Que así sea.
Villena, 23 febrero 2025
Joaquín Sánchez Huesca

Villena desde el Castellar, por Velius

EL CARNAVAL - VILLENA EN LOS AÑOS 30 (SIGLO XX)

 Ofrecemos a continuación algunas de las noticias aparecidas en prensa sobre EL CARNAVAL DE VILLENA



Las Provincias, 14-02-1931

Celebración festejos de Carnaval con grandes bailes y conciertos en los días 15, 16, 17, 18, 19, 20,21 y 22.

        En los primeros días se obsequiará a las señoras y señoritas con bonitos regalos y en los segundos estarán eminentes sextetos formados por los artistas: “Sexteto de Barcelona” en el Círculo Villenense y “Sexteto de Madrid” en el Círculo Agrícola Mercantil.

 

Diario de Alicante, periódico republicado 21-02-1931

Artículo titulado: “Villena y su reina de Carnaval”

Mujeres de Villena

Elegantes, bellas

Simpática, alegres

Risa todas ellas….

En la noche del viernes 19, en el baile del Teatro Chapí que organizaba la comisión de festejos del Círculo Agrícola Mercantil, el mejor casino de la ciudad, fue elegida la Reina del Carnaval.

El vicepresidente era Luis Delgado de Molina y a su vez presidente de la comisión de festejos.

El Teatro Chapí estaba adornado de flores, mantones de manila con lluvia finísima de confetis y serpentinas.

A las 12 en punto fue la elección: Resultó agraciada Anita Hernández, acompañada de su hermana Lolita y de Juanita Hurtado. Se le colocó una banda de seda blanquiazul, corona no, el obsequio fue una magnífica canastilla de flores.

Entre las asistentes destacaron: Carmencita Palao, Antoñita Amorós, Leonor Cuéllar, Teresita Amorós, Vicentita López, Gloria Estevan, Adelita Hernández, Finita Hurtado, Pilar Estevan, Pepita Botella, Luz Navarro, Aurelia Botella, Celia Bañón, Emilia Montiel y Lolita Martínez.

El presidente del C.A.M. era Emilio F. Manzaneque.

  

Las Provincias, 14-02-1934

Carnaval

Como en años anteriores, las dos sociedades de recreo han organizado grandes bailes y conciertos como sigue:

El Círculo Villenense ha presentado los dos salones de la planta baja artísticamente engalanados, obra de don José Cortés. Los bailes se celebrarán del 11 al 18 inclusive, a las seis de la tarde y diez de la noche, amenizados por una orquesta.

En el Círculo Agrícola Mercantil y en local del Teatro Chapí, arrendado por dicha sociedad para bailes y conciertos, y en los mismos días, festejos parecidos a los del Círculo Villenense.


La Piñata que se instalaba en los bailes que celebraba el Círculo Agrícola Mercantil.