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Bodas de Oro de la Coronación de la Virgen de las Virtudes, Villena 1972-1973


Nota de interés:

Este artículo se complementa con otros dos, etiquetados en el año 1973 y que llevan por título:

- "La Morenica en Villena_", del 13 al 20 de mayo de 1973.
- "Procesión de las Antorchas", en la tarde del 6 de septiembre de 1973


 Bodas de Oro de la Coronación – 1973

“A todos los villenenses”:

Con este título, la Junta de la Virgen presentó el boletín nº 1 correspondiente al cuarto trimestre del año 1972 y que llevaba por título: “Bodas de Oro”.

Su primer número consta de dos páginas. En la primera figura la composición de la citada Junta con Pedro Hernández Hurtado, como presidente; Vicente Rodes Gallur, vicepresidente; Francisco Hernández Esquembre, secretario; y como tesorero, José García Español. Los vocales eran: Vicente Valdés Archent, Agustín Azorín Candela, Antonio Ferraz Hernández, Francisco Menor Menor, José Luis Hernández Hernández, José Ribera Matarredona, Miguel Flor Hernández, Florentina García Cervera, Elena Montiel Seller, Paquita Reig Tormo, Josefa Poveda López, Josefa Herrero Hurtado y Florentina Hurtado Menor. Y por último, como vocales natos: los párrocos de Santiago, de Santa María, del Santuario y el presidente de la Junta Central.

En su editorial, la Junta de la Virgen dijo, entre otras cosas:

“Iniciamos este boletín, igual que hace veinticinco años fue el “Bodas de Plata” y hace cincuenta años “La Corona”, como eco de la campanica de la Virgen que a todos los villenenses llama y convoca a celebrar la fausta efeméride de la Coronación Canónica de nuestra Excelsa Patrona, indudablemente uno de los actos más transcendentales del fervor mariano de nuestra Ciudad, gala de la generación que lo efectuó…
Desde aquí os invitamos a que cada uno de vosotros, unidos a la Junta, comentéis y penséis, en el seno de vuestras familias, con vuestros vecinos, con los amigos, este gran acontecimiento y con la colaboración de todos llevemos a la realidad lo que ha de ser una extraordinaria manifestación de homenaje y fervor.
La Junta está en marcha. Ahora también cada villenense, cada familia, cada calle, debe hacer lo mismo: hablar del tema, reunirse, ayudar y colaborar. Que Villena sea todo holocausto de fervor, panal de homenaje y llama de entusiasmo.
Desde este boletín, para cuya causa nace, os iremos dando cuenta. Sus páginas están abiertas a todos. Con todos cuenta
LA JUNTA DE LA VIRGEN”

En la segunda página de dicho boletín, a través de un pequeño artículo titulado “Ofrenda”, la Junta de la Virgen ya manifiesta lo que desea regalar a la Virgen, dice así:
“Es tradicional ofrecer un obsequio a quien se ofrece un homenaje, que simbolice prácticamente y quede en el tiempo como recuerdo material del fervor del espíritu.
La circunstancia de que la Virgen no tenga hoy de uso más manto que el que se le obsequió por una magnífica persona hace cincuenta años, precisamente para vestirla en la Coronación; el que por la previsión natural  que de lo necesario debe tener la Junta, ya se pensara en ello hace veinticinco años, y ante el éxito de las aportaciones se derivara a la corona; resulta actualmente, veinticinco años después, la mayor necesidad que el tiempo acentúa y por ello se ha acordado ofrecerle un nuevo Manto para su Paseo.
Este manto tendrá su mérito completo si en su coste participan todos los villenenses. Nadie mejor para ofrecerle el mejor manto que su propio pueblo. Y se llamaría así, el Manto del Pueblo.
Se ha creado una comisión de señoras que ya estudia la planificación de su gestión. Se proyecta visitar todas las casas, todas las familias. Para facilitar esto se crearán comisiones de calle. Hay entusiasmo. Parece que será una realidad la ofrenda del Manto del Pueblo”.

En enero de 1973 se publicó el boletín nº 2 que consistió en una citación para la asamblea extraordinaria de socios de la Asociación de Ntra. Sra. de las Virtudes, más conocida como la Junta de la Virgen, que se celebró el 28 de enero en los salones de Santiago.

Correspondiente a  los meses de febrero, marzo y abril, se publicó el boletín nº 3. Del mismo,  citamos seguidamente algunos apartados.

Comenzaba con una carta abierta del presidente de la Junta a todos los villenenses ausentes, invitándolos a colaborar en los gastos de realización del  “Manto del Pueblo”.

Se ofreció un resumen de la citada asamblea extraordinaria de socios, a la que acudieron más de sesenta. Se eligieron dos nuevos vocales para la Junta: Francisco Bravo y Gaspar Tomás. Se acordó realizar la denominada “campaña del sobre”, que se trataba de una invitación personal y directa a todos los villenenses, facilitando su adhesión como miembro activo de la Junta de la Virgen, por este sencillo medio de devolver el sobre interior, incluyendo la cantidad que deseen, lo que define dicha campaña como la de “la ayuda que pueda dar”.

El punto de la asamblea que más despertó el interés de los asistentes fue el que contemplaba la exposición de anteproyectos de la Junta Directiva para la conmemoración de las Bodas de Oro de la Coronación:

“El primero de dichos anteproyectos consistía en la Ofrenda de un Manto a la Virgen, invitando a todos los villenenses a participar en su costo y que se ofrende con el nombre de Manto del Pueblo.
El segundo indicaba que para dar contenido espiritual a esta conmemoración, celebrar durante el mes de mayo próximo, una semana mariana con la presencia de la Venerada Imagen, que visitaría todas las parroquias de la Ciudad. Se contaba ya con la dirección del Rvdo. Padre Rodríguez, y la presencia de asistencia un día del  Rvdo. Sr. Obispo de la Diócesis.
Como tercer punto, celebrar la conmemoración de la Coronación el día 6 de septiembre, con Misa de Campaña en la calle de Luciano López Ferrer, situando el Altar en la explanada entre los jardines del Parterre y el edificio del Círculo Agrícola Mercantil e invitar al Maestro don Manuel Carrascosa para que prepare el coro de voces que, bajo su dirección cante el Himno de la Coronación del que es autor.
En el cuarto punto proponían que en la tarde del día 6 se efectúe un paseo-romería de nuestra Patrona, por las mismas calles que pasó en los años 1923 y 1948.
Como último punto, la idea de crear, en el recinto del Santuario, “el Museo de la Virgen”.

Continuamos con el citado boletín y nos encontramos con una sugerencia que escribe el Capellán titulada: “Las Virtudes, futuro Centro de Espiritualidad Cristiana”.  Dice así:

“Aquí tenéis villenenses, el Santuario de Vuestra querida MORENICA, Señora de las Virtudes, encuadrado en un magnífico paisaje como futuro centro de espiritualidad mariana para toda la Comarca.
Ante nosotros el V Centenario de su aparición en la FUENTE DEL CHOPO, pone una vez más de manifiesto la necesidad urgente de un centro de espiritualidad, para renovar eficazmente nuestra devoción Mariana, al tenor de los tiempos, en la presencia y en los destinos de Nuestra Santa Madre la Iglesia”.

Y finalizamos las referencias a dicho boletín, con un artículo dedicado a los mantos de La Morenica y que lleva por título: “Sucinta historia de los Mantos de Ntra. Sra. De las Virtudes”  y dice así:

“Nos parece interesante relatar brevemente la historia de los mantos de la Virgen, para que los villenenses conozcan todo lo que a ellos se refiere.
Nuestra patrona tuvo hace años hasta quince mantos de distinto valor económico, pero de un valor espiritual incalculable, pues todos ellos fueron ofrecidos por el amor inmenso que sus hijos sienten y han sentido hacia Ella desde que, milagrosamente, en el año 1474, la Omnipotencia de Dios nos la legó como Protectora y Madre de todos los hijos de Villena y alrededores.
En los años que mediaron entre 1931 a 1939 y a causa de las vicisitudes de aquella época, la mayoría de estos mantos desaparecieron y solamente se salvaron CINCO, que por orden cronológico son los siguientes: El de Indias; el del Sol; dos de rogativas y el de la Coronación Canónica de 1923.
El de Indias, así llamado por haberlo regalado un indiano, o sea, un villenense que se marchó a Filipinas para hacer Fortuna y habiendo vuelto con su sueño hecho realidad, le trajo a la Virgen un manto de seda de Manila con un sencillo bordado de hilillo de oro. Este manto es pieza de museo, pues sabido es que la acción de los años ataca y destruye toda materia y la seda natural es muy delicada.
El del Sol, se le llama así por llevar bordado un gran sol. Aunque algo más joven que el de Indias, cuenta en su haber muchos años, sin que la historia nos haya dado luz sobre su aparición. Este manto es de un valor incalculable, y en repetidas ocasiones se ha tratado de ver la posibilidad de trasladar el bordado a nuevas telas, puesto que es ésta la que está estropeada; pero todas las casas bordadoras a quienes se las ha consultado, contestan lo mismo: no se puede hacer y si alguien lo hiciese costaría una fortuna, no quedaría perfecto y perdería todo el mérito que tiene; el consejo de todas ellas es conservarlo como joya única en España.
Los dos de rogativas son morados, uno de color más intenso y el otro más claro, son de seda adamascada con ramos dorados, y como su nombre indica, se le ponen a la Virgen en épocas excepcionales: epidemias, sequías, etc.
El de la Coronación del año 1923, regalado por doña Josefa Amorós, es el que actualmente luce la Virgen en los días de Fiestas cuando viene a visitarnos cada año. Éstos son los cinco que se salvaron”.


Continúa el artículo, indicando que:

“Siendo presidente de la Junta Francisco Flor, se vio la necesidad de hacer un manto a la Virgen, por no tener uno digno para estar en el Santuario y para venir el día 5 de septiembre. Con los donativos de unas cuantas familias se hizo el que actualmente lleva, que por dificultades de aquellos años se hubo de ceder a que la tela fuese azul, color muy delicado para ser expuesto al sol de los días 5 y 9 y así, aunque el manto está nuevo y es bonito, al estar decolorado, hace el efecto de una cosa ajada”.
Florentina García Cervera - Vocal de la Junta de la Virgen

Se refería al Manto de los Ángeles que se realizó en 1960 y lo vistió la Patrona por vez primera el día del Voto de 1961. Está confeccionado en tisú de oro con fondo azul. Los motivos ornamentales, de gran sencillez, están compuestos por ramajes bordados a realce en hilo de oro, con flores y hojas matizados por hilos de seda de colores. Destacan los dos ángeles tenantes del dorso que portan el escudo de la ciudad, cuyos rostros, pies y manos, realizados en marfil, son de gran delicadeza.

Durante la semana del 13 al 20 de mayo, vivió nuestra Ciudad unas jornadas de intensa devoción mariana con la estancia de Ntra. Sra. de las Virtudes en todas y cada una de las parroquias de la población.

La presencia extraordinaria de la Patrona, motivada por el cincuentenario de su coronación canónica, coincidió felizmente, el sábado 19 de mayo, con el Paso de la Virgen de Fátima por las calles villenenses y su albergue durante unas horas en el tempo arciprestal de Santiago.

El boletín nº 4  referido a los meses de mayo, junio y julio  nos ofrece la “Crónica de las Jornadas Marianas”, que vamos a recordar a continuación, juntamente con el orden y los itinerarios que recorrió la Sagrada Imagen:

“El domingo 13 de mayo, terminada la Misa de 11, se trasladó la Venerada Imagen desde su camarín a las andas de viaje, y llevada procesionalmente por las mujeres hasta el final de la nave, quedó llena de flores preparada para la marcha de la tarde. Se inició a las 4,30 en punto, sorprendidos todos con la cantidad de romeros que fueron a traerla. El camino viejo se llenó enseguida con la larga cinta que iniciaban los adelantados, camino del crucero, del arenal, de la mesa sobre el puente de la Acequia del Rey, cantando el Santo Rosario y las plegarias marianas hasta San Bartolomé, con su alegre volteo de campanas y la parada para reponer energías con la ligera merienda. Veinte minutos después se reemprende la marcha. Parada sobre flores en La Casita y a las 7,30 en punto la Virgen estaba ante su pueblo y era recibida con la emoción de la plegaria encendida, en la tarde espléndida del florido mayo, congregados en el paso a nivel, en multitud hermanada a recibir a la Madre en jornadas de rezos y plegarias, para durante una semana estar con Ella, vivir con Ella, sin otro programa ni otro motivo, nada más que Ella.
En apretada multitud, a hombros de todo el pueblo, tras cruzar el paso a nivel y ser recibida en la plaza de la Virgen, continuó por las calles Gil Osorio, Menéndez Pelayo, Emilio Hernández (Blasco), Maestro Guillén, Plaza Águeda Hernández, Puerta de Almansa y  Ramón y Cajal, se llegó al templo de  Santiago, que fue impotente para recibir toda la multitud. El Padre Rodríguez, Misionero, pronunció el Pregón de las Jornadas Marianas, y extrañado porque cuando terminó el público permanecía en la iglesia, dijo: “como veo que nadie tiene prisa en marcharse, voy a comenzar otro Rosario”. La iglesia estuvo abierta hasta pasada la medianoche.
A las 6,30 de la mañana siguiente, lunes, fue la primera sorpresa de los traslados. Una asombrosa multitud enriquecía el traslado mañanero de la Sagrada Imagen a la Parroquia de San Francisco. El recorrido fue el siguiente: calles Teniente Hernández Menor, Calvo Sotelo, Juan Carreras López (Baja) y carretera de Biar. El Poblado de Absorción la recibió con una gran pancarta y los balcones de las casas estaban adornados de colchas nupciales, de guirnaldas y  banderas puestas durante la noche por la enfervorizada vecindad que quería ofrecer su flamante barrio, como testimonio de la satisfacción de ser visitado por vez primera por La Morenica. Sus hombres jóvenes la portaban desde Santiago. Estaba en sus manos y andaba vigorosa al paso orgulloso de la más pura alegría. Cuando llegó al templo de San Francisco, era tal la multitud que la Misa tuvo que celebrarse en la explanada. Durante el día fue un jubileo del pueblo y en especial del Barrio, igual que en las solemnidades de la tarde-noche, puesto que a las 7,30 se rezó el Santo Rosario, seguido de la celebración Eucarística.
Se tuvo  la ocurrente idea de embotellar vino, poniendo como etiqueta una estampa de la Virgen, rodeada por una borla que decía: “Recuerdo de la visita de La Morenica al Barrio de San Francisco”.

A la mañana siguiente, martes, a las 6,30 comenzó el traslado a Santa María, acompañada de una gran multitud que, durante todo el día fue un rosario de visitas, emocionada Santa María la vieja, que era como cariñosamente la llamaba el Padre Rodríguez, incansable hombre de Dios que dirigía emocionadamente las Jornadas.

El miércoles, impresionó el traslado por las calles Rambla, Garrofero, Pedrera, Prim, Hernán Cortés, José Ayelo (Pintor Sorolla), A. Giménez (Copo) y Luis García; calles que en el límpido azul mañanero fueron cauce de simpatía para el tumulto que el gentío acompañante arropaba con la Virgen al vecindario que agarraba el instante del Paso con el corazón en los ojos. Llegó hasta el templo de los Padres Salesianos, siendo recibida con tracas y carcasas. En su gran patio se realizó la Santa Misa entre voces juveniles y guitarras de alegría. Al igual que todos los días, por la tarde a las 7,30 se rezaba el Santo Rosario y a continuación la Santa Misa con su correspondiente Homilía Mariana.

Era realmente impresionante ver por las mañanas las carreras para darle los buenos días a la Virgen de las Virtudes, acompañarla un rato y acto seguido marchar al trabajo.

El jueves se llevó a la Parroquia de la Paz por el siguiente recorrido: San Sebastián, Coronel Selva, Celada, Cisneros y Avda. de José Antonio (Constitución). Ahora bien, hubo una improvisación y es que se atendió el ruego del Barrio de la Constancia para que pasara por él, y así se hizo, con la grata sorpresa de ver a sus gentes colocando colgaduras y guirnaldas en testimonio de ofrenda. En la iglesia de la Paz, precisamente por su pobreza actual, todo resultó más hermoso. Sobre todo, ese llenarse la iglesia, a la una, a la salida de las fábricas, y a las tres menos cuarto, momentos antes de comenzar la jornada vespertina. Y juventud con la Virgen, jóvenes y muchachos, con minifalda o pelo largo, pero con un pecho sembrado de amor a la Virgen.

Y de la Paz a Santiago, en el amanecer del viernes día 18, pasando por las calles: La Revoltosa, Martínez de Olivencia, Párroco Nadal, San Sebastián, Jacinto Benavente, General Mola (Escultor Navarro Santafé), Juan Chaumel, Ramón y Cajal y Plaza de Santiago.

Y el sábado sucedieron varios momentos muy emocionantes; el primero cuando la Virgen de las Virtudes, en el templo de Santiago, recibió la visita de la Virgen de Fátima y durante unas horas estuvieron las dos imágenes juntas.

Por la tarde, bajando La Morenica a las cuatro esquinas, camino de la capilla de la Congregación de las Monjas Trinitarias, cedió el pasó por la Corredera a la Virgen de Fátima que se despedía de Villena. Tras la visita a las monjas, La Morenica partió para la capilla del Asilo de Ancianos, pero era tal la afluencia de gente, que rápidamente se tuvo que improvisar, visitando el Asilo, pero por la entrada de la calle Ferriz y en la explanada del mismo se le hicieron los Rezos.

El domingo, en Santiago, a las 10,  la Misa concelebrada estuvo presidida por el Sr. Obispo de la Diócesis don Pablo Barrachina.

Tras finalizar la Santa Misa, se organizó la comitiva de despedida, que la inició la Banda de Cornetas y Tambores de la Cofradía de la Soledad, que también fue a recibirla. La Morenica contó también con la escolta de las Regidoras y Madrinas de ese año, así como de los Capitanes y Alféreces de las catorce comparsas.

El recorrido de despedida transcurrió por las calles Capitán López Tarruella, Trinidad, Dª Isabel, Paseo de Chapí, Cristóbal Amorós, Cervantes y plaza de la Virgen.

Una despedida emocionantísima para los que hicimos ese recorrido y un pasillo de despedida muy entrañable el que, improvisadamente organizaron los  cargos festeros, amenizados por los sones de la citada banda de cornetas.

El recuerdo de aquella sensacional semana, quedó grabado en nuestras mentes, de ahí que al redactar esta crónica, me haya inspirado en el texto escrito, unido a mis recuerdos de aquella entrañable semana, que a muchos jóvenes de entonces nos impresionó”.

El proyecto del “Manto del Pueblo” se hizo realidad y en el boletín nº 5 y último, correspondiente a los meses de agosto y septiembre se dio cuenta de la realización del mismo.

El manto se realizó en los talleres “Belloso” de Valencia, como hemos citado anteriormente, fue sufragado por suscripción popular, de ahí el nombre de “Manto del Pueblo”.
Está confeccionado en tisú de plata de tono grisáceo con bordados a realce con hilo de oro y aplicaciones en bordado matizado con hilo de seda de colores. Las puntillas, al igual que los flecos que lo rematan, son igualmente de hilo de oro.
Rico, pero sobrio a la vez, su principal motivo ornamental es un complejo ramaje, rematado en algunos casos con estilizados lirios. En distintos huecos se sitúan varios grupos de espejuelos.
En la parte posterior domina el conjunto una aplicación de sedas de colores con un paisaje de la población realizado por las Monjas Trinitarias de nuestra ciudad. Asimismo hay un escudo de Villena rodeado de una elegante filacteria con la divisa ciudadana. En el pectoral hay otro escudo de Villena, matizado igualmente con sedas de colores.

Del libro –Las Vírgenes de las Virtudes en España--, escrito por Rojas y Prats

La Misa Mayor del día 6 de septiembre, fue concelebrada y el Altar se situó en una tribuna colocada en la explanada del Círculo Agrícola Mercantil, para conmemorar el cincuenta aniversario de la primera Coronación. A destacar el azul del cielo y la estupenda mañana que hizo.

La Sagrada Imagen salió del templo de Santiago a las 9,30 de la mañana, camino de la citada explanada, escoltada por Regidoras, Madrinas, Capitanes y Alféreces de las comparsas. Los arcabuceros se situaron en la parte de atrás del Altar Mayor.

Durante la Misa actuó el Orfeón Alicante, que estuvo dirigido por nuestro paisano Don Antonio Ferriz, así como la Banda Municipal de Villena. Al alzar a Dios, todas las comparsas realizaron las salvas de arcabucería. Tras finalizar la Santa Misa, se interpretó el Himno a la Coronación del Maestro Carrascosa.

Y para finalizar esta crónica, qué mejor que recordar el acto tan entrañable que se realizó en la tarde del día de 6 de septiembre, en el que se celebró un “Paseo romería de Nuestra Patrona”,  que comenzó a las 5,30 de la tarde y realizó el siguiente recorrido:

Ramón y Cajal, Juan Chaumel, General Mola, José Antonio, Salvador Pérez Marsá, Menéndez Pelayo, Cantón, Paseo Chapí, Dª Isabel, Trinidad, Generalísimo, Pedro Menor, José Hernández Menor, Hermanos Aranzabe, Juan Carreras López, Rulda, Plaza de Biar, Onil, Garrofero, Joaquín Sandoval, Santa María, Teniente Hernández Menor y Plaza de Santiago.

Cuando la Virgen entraba en las calles citadas, se hacían cargo de la misma los vecinos, que eran los portadores de Nuestra Patrona, haciendo entrega de ella a los vecinos de la calle siguiente.

La realización de este acto se inspiró en el conocido como la “Procesión de las Antorchas”, que se realizó en la tarde del día 6 de los años 1923 y 1948.


Joaquín Sánchez Huesca



Nota de interés:

Este artículo se complementa con otros dos, etiquetados en el año 1973 y que llevan por título:

- "La Morenica en Villena_", del 13 al 20 de mayo de 1973.

- "Procesión de las Antorchas", en la tarde del 6 de septiembre de 1973

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