Artículo titulado: “Villena artística”, Villena Joven, Año I, nº 1 05-09-1914, publicado por el farmacéutico Tomás Giner Galbis
El arte es el lenguaje del sentimiento y
la representación gráfica de las ideas. Y sus obras revelan la potencia
creadora del individuo, la cantidad del reflejo divino que cada hombre lleva en
su ser.
Aunque se dice que el artista no se hace
sino que nace, la cultura y el constante trabajo exaltan la idealidad del
sujeto artista exquisitando las sensaciones, intensificando la emoción y dando
más facilidad para que el artista produzca obras llenas de pensamiento y
belleza.
La Naturaleza es la suprema muestra del
arte y la eterna inspiradora de las obras artísticas del hombre; por eso han
florecido más los artistas en los países donde ella se encuentra más lozana,
más fecunda, más bella, pues allí se revelan más exaltadas y atrayentes sus
potencias inspiradoras de arte.
Arte es cultura, paz, dulce ensueño del
alma que se remonta las serenas esferas de la idealidad. Por eso fomentar la
extensión del arte, crear centros docentes para despertar y encauzar las
energías artísticas de la juventud, dar facilidades para que todos los niños se
eduquen bajo el plácido y bondadoso influjo de las emociones estéticas, ha
sido, es y será siempre, una de las íntimas preocupaciones de los pueblos
amantes de su engrandecimiento y dignificación.
Relatar la vida artística de Villena,
causa tristeza por la escasez de sus manifestaciones, tanto estáticas u obras
como dinámicas o artistas. Pues de las
primeras solo podemos mencionar las dos iglesias parroquiales, el castillo y
las casas consistoriales y respecto a las segundas Díaz, Zapater y Chapí[1].
La belleza y armonía arquitectónica de
la parroquial de Santiago no podemos comprenderlas por haberse modificado en
sus cuatro chaflanes N. E. S. O. desapareciendo su originalidad primitiva de
monumento octogonal. Interiormente se admiran sus columnas salomónicas con sus
chapiteles de adornos naturales, por su esbeltez y rareza de desarrollo.
También llama la atención la hermosa verja del altar mayor, por su estilo
Renacimiento y ella nos indica que su colocación fue posterior al monumento
ojival. La torre cuadrada de lados rectangulares termina con una balaustrada de
hierro, sostenido por airosa repisa y sobre piso se eleva aguda pirámide
octogonal que le da el carácter esbelto y delicado de las torres suizas y
flamencas.
Como obras de arte, atesora este
monumento un retablo de madera estilo cristiano y un óleo del Piombo, lleno de
religiosidad y clásica factura.
Las Casas Consistoriales ostentan una
fachada estilo Renacimiento, con la particularidad de ser sus cinco huevos
representación singular de las cinco variantes de dicho estilo.
La iglesia parroquial de Santa María
pertenece al estilo Renacimiento moderna y su perta monumental ostenta las
bellezas del orden semi-parentesco, siendo sus columnas tan adornadas, muestra
inequívoca del derroche ornamental que caracteriza a los artistas de dicha
época.
El Castillo, joya arquitectónica del
arte militar español, causa pesadumbre verle tan derruido y abandonado acaso
por no comprender los antecesores a nosotros la importancia que para la
historia del arte militar patrio tiene nuestro castillo.
¡Artistas villenenses! Cuán pocas han
sido, más uno de ellos, Chapí, ha dominado con maestría tal, los misterios y
bellezas del pentagrama que muchas de sus obras musicales han recorrido
victoriosas todos los templos del arte mundial. Chapí no es solo orgullo de
Villena, sino que también gloria de España.
Ginés Díaz, fraile de la orden de San
Benito, fue un pintor religioso y en Porta Coeli se guardan sus obras que se
inspiraron en la vida del fundador de la orden.
Zapater, celebrado dibujante y grabador
adornista tuvo gran notoriedad por su ajustado dibujo y regularidad de línea.
¿Este pasado tan escaso en arte, ha de
ser nuestra guía en el porvenir? No. Nuestra actividad además de concentrada en
crear riqueza agrícola e industrial, base material de la vida, tiene que
derivarse a despertar y desarrollar el sentimiento artístico de las futuras
generaciones para que Villena viva y sueñe una vida distinta a la presente,
sueño y vida llenos de luz y perfumes, saturados de pompa y cambiantes que lo
exaltan y embellecen todo; como bajo las claras y serenas noches estrelladas,
llenas de misterios y atracciones supra terrenas, ideales vivan nuestros descendientes
vida y sueño, expresión íntima del ferviente culto que rinde el alma a la
siempre revelada, eterna e infinita belleza.
Portada del semanario El Bordoño dibujada por Tomás Giner Galbis
[1]
Se
refiere al cartujo y pintor Ginés Díaz. En cuanto a Zapater, se refiere a Juan
José Zapater Rodríguez, hijo del abogado villenense y escritor de la historia
de la Virgen de las Virtudes, José Zapater Ugeda. Por último, indicar que no
considero necesario ampliar datos de Chapí, villenense sobradamente conocido.
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