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Itinerarios musicales de RUPERTO CHAPÍ - 1898


1898
            Estrena Curro Vargas de Joaquín Dicenta y Manuel Paso. Además estrenó también Pepe Gallardo según texto de Guillermo Perrín y Miguel Palacios; La chavala de Fernández Shaw y López Silva y Los hijos del Batallón de Fernández Shaw.

Los teatros de Madrid: representación de La Revoltosa en el Apolo

            En el Teatro Apolo, con la centésima representación de La Revoltosa se verificó el beneficio de los señores López Silva, Fernández, Shaw y el maestro Ruperto Chapí. Figuraba también en el programa el precioso sainete Las Bravías, de los mismos autores que, como siempre, fue muy aplaudido.
            La distinguida concurrencia que llenaba la hermosa sala de Apolo celebró con ruidosas carcajadas los numerosos chistes de la obra y aplaudió con entusiasmo los primores literarios del libro y los inspirados números de música que forman la partitura.
            López Silva, Fernández Shaw y el maestro Chapí fueron llamados a escena muchas veces y objeto de entusiastas ovaciones.
Isabel Bru, Pilar Vidal, Luisa Campos, Mesejo (padre e hijo), Carreras, Ontiveros y San Juan interpretaron sus respectivos papeles con mucho cariño.
La Revoltosa, que ha logrado un éxito ruidoso en todos los teatros de provincias donde se ha representado, continuará figurando mucho tiempo en el cartel de Apolo, dando dinero a la empresa y honra y provecho a sus autores.
También gustan mucho las piezas El bajo de arriba y El reloj de cuco.

Crónica efectuada el 10 de febrero por un espectador

Revista contemporánea; Año XXIV, Tomo CIX, Volumen III, 15-02-1898

Los teatros de Madrid: representación de Los hijos del batallón en el Parish y la Revoltosa y la Czarina en el Apolo

Los hijos del batallón, melodrama en tres actos, letra de don Carlos Fernández Shaw y música de don Ruperto Chapí.
Han logrado un triunfo sus autores, pues la nueva producción gustó muchísimo.
El libro, planeado con suma claridad, sencillo en la exposición y de fácil y sobrio diálogo, no tiene otras pretensiones ni es otra cosa que un ingenioso pretexto para que Chapí, el maestrazo de siempre, luzca sus excepcionales dotes de compositor inspiradísimo.
Y en verdad que, si tal fue el intento del señor Fernández Shaw, es sin duda la situación final del segundo acto, hábilmente preparada, que conmovió al auditorio que llenaba el teatro.
En el corazón de las madres, sobre todo, la inspiración del libretista encontró fáciles resonancia y hondas repercusiones. Los desgarradores acentos de la pobre loca, su delirante alegría al contemplar a sus hijos que creyó perdidos para siempre, produjeron una tempestad de aplausos y un desbordamiento de lágrimas.
Los actores estuvieron muy bien, distinguiéndose la señorita Corona, que rayó a gran altura en su patético papel de madre; la señora Fabra, que hizo una graciosa cantinera, y Valentín González.
Muchos días se mantendrá la obra en el cartel.
La Revoltosa y la Czarina continúan representándose en el Apolo y gustan más cuanto más se las ve.
Un espectador
Revista contemporánea; Año XXIV, Tomo CIX, Volumen IV, 28-02-1898

El Maestro Chapí: música alegre, profunda y original

                        El ilustre autor de tantas aplaudidas zarzuelas como honran nuestro teatro lírico nacional, es algo así como el prototipo de los maestros indiscutibles para el público y aun para la crítica más exigente. Su nombre basta para que todo el mundo espere de él la música alegre, sí, pero profunda, siempre nueva y siempre original.
                        Chapí, conocedor como nadie de los secretaros de la orquestación, es de los que componen e instrumentan, y en su labor, grande, inmensa, gigantesca realmente, no se sabe qué admirar más, si su frescura e inspiración o su instrumentación maravillosa, nueva y perfecta.
            Es de los maestros que juegan con la orquesta (en el buen sentido de la palabra) y de los más atrevidos y afortunados en sacar efectos de aquella; las melifluas notas del órgano, los agudos silbidos y el rumor del tren, el rugir de la tempestad, el rasguear de una guitarra… todo esto y mucho más ha hecho con la orquesta Chapí, y siempre con fortuna.
            ¿A que citar sus obras? La Bruja, la Tempestad, El rey que rabió…desde esas hasta La czarina, el tambor de Granaderos, Las bravías, la Revoltosa, la Chavala y últimamente Curro Vargas, figúrese el lector si Chapí ha escrito zarzuelas grandes y chicas, aunque para mí todas ellas han sido grandes, pero muy grandes.          
            Obras de otro género también las tiene admirables. ¿Quién no conoce la Fantasía Morisca.
            Sus derechos de autor representan una renta muy digna de un primer accionista del Banco de España.
          Y se comprende: la renta de Chapí es de las que tienen muchos bemoles.
            …Y sostenidos, porque sus trimestres durarán lo que dure el buen gusto.

Manuel de A. Tolosa
Los Apuntes, Revista Semanal Ilustrada, Burgo de Osma; 17-12-1898

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