Atentamente invitados por los señores Alemany y Torres, a cuyo cargo se encuentra el H. Continental, fuimos a visitarlo detenidamente, quedando satisfechos de todas veras por el resultado de nuestra inspección.
El edificio construido
recientemente con el exclusivo objeto de dedicarlo a esta clase de empresas,
ofrece por su parte exterior un bonito
aspecto al que da mayor relieve la belleza del sitio en que se encuentra
situado, uno de los más pintorescos de nuestra ciudad.
En cuanto al interior, es
realmente soberbio;
las veinticuatro habitaciones repartidas en los dos pisos, están construidas
con arreglo a las prescripciones de la moderna higiene que permiten mantener en
ellas la más escrupulosa limpieza, teniendo además ventilación abundante y
agradables vistas al Paseo de Chapí y mobiliario completamente nuevo y de
inmejorable calidad, tanto por su parte estética como por su solidez.
Si á esto se añade la instalación
completa de luz eléctrica, timbres y agua; el esmero con que se encuentran
montadas la sala de espera y el cuarto de baños que supone un servicio necesario
v hasta una
comodidad para los huéspedes; el lugar en que se halla colocado junto a las
líneas férreas y muy cerca de Telégrafos y la probada maestría del cocinero D.
José Alemany, no habrá más remedio que convenir en que el establecimiento de
que nos ocupamos satisfará las exigencias de los más delicados y
descontentadizos y que nuestro pueblo se
encuentra de enhorabuena al tenerlo, porque supone para él una mejora
importantísima.
Anoche asistimos a la cena, con que se verificó la inauguración, servida con arreglo al siguiente Menú:
La concurrencia numerosísima que
llenaba el espacioso comedor, alabó como se merecía el selecto menú que copiamos y al cual hizo los
honores debidos, así como también a los vinos reseñados, que por su elaboración
esmerada y excelente calidad son inmejorables para la mesa.
Cuantos asistieron al banquete
quedaron complacidísimos, elogiando la labor de los señores Torres y Alemany,
a los que les deseamos todo género de
prosperidades en el negocio emprendido.
El Bordoño
nº 92, 30-8-1908