Para los que hemos vivido en la calle Mayor y hemos conocido la ubicación de los dos establecimientos citados, nos produce una gran ilusión varias cuestiones:
- recordar momentos del pasado.
- volver a ver los suelos de ambos inmuebles
- la posibilidad de encontrar restos de la Torre del Reloj (Orejón), más otras cavidades que pueden resultar de gran interés.
En definitiva, una excelente ocasión de ofrecernos la posibilidad de recordar momentos del pasado.
Felicidades a quienes han tenido el detalle de contribuir al recuerdo de nuestro pasado.
En el tintero me dejo otros aspectos del solar, como son los escalones que habían en el centro de la calle y que impedían la circulación de vehículos desde Santa María a Santiago, así como la fuente de agua caballera (de la Comunidad de Regantes de la Huerta y Partidas), en la que le llenaba el botijo que mi abuelo «El Tio Jaime» tenía en su kiosko.
Por gentileza de Pedro Villar y Joaquín Sánchez